Dos largas cambiadas

YA NO QUEDA ni un renglón sin escribir en las agendas de los líderes políticos de aquí al 27 de mayo. Es la fecha de las elecciones autonómicas y municipales. Todo el protagonismo debería ser para los candidatos a parlamentarios y a concejales. Es lo que elegiremos los votantes dentro de 29 días. Sin embargo, la política está tan polarizada que ya son muchas las voces que califican a la campaña como unas primarias. Cometerían un grave error, tanto Rodríguez Zapatero como Mariano Rajoy, si entran al trapo. Ellos no son candidatos. Esa batalla la librarán dentro de un año en las elecciones generales. Ahora han de limitarse a arropar a quienes aspiran a gobernar las comunidades autónomas, ciudades y pueblos. Como lo hicieron ayer: el presidente del Gobierno en Granada y Rajoy en Santiago de Compostela. Lo apuntado para los dos líderes de los partidos mayoritarios es válido, así mismo, para todos los demás. Las nubes de periodistas, tan densas, extensas e intensas como las que cubrían ayer el cielo de casi todo el país, masticaban la gran pregunta a Rodríguez Zapatero y a Mariano Rajoy. Y no hubo respuesa en la sesión matinal. La preguntra sería, más o menos, de este tenor: ¿Qué opina sobre la permisividad o el rechazo a la ANV (Acción Nacionalista Vasca) para presentarse a las elecciones locales en el País Vasco y Navarra?. Faltaba la guinda judicial al pastel político. Y esa guinda no la puso el juez Garzón hasta última hora del mediodía. Dio tiempo para que todas las televisiones abrieran sus informativos con la decisión, tras analizar el informe unitario de urgencias que policía y guardia civil pusieron sobre su mesa. El juez Garzón, tras analizar el informe, matizó que ANV no depende de Batasuna y no hay vínculos con Eta. Nada impide que se someta a la volunrtad de las urnas. Lo que habrá de purgarse son las listas, una a una, y mandar a la escombrera a todas aquellas que estén contaminadas. Estoy escribiendo y con el rabillo del ojo sigo la corrida de toros de la feria de Sevilla. Cada vez que se tensa la emoción, me llama al orden el «tendido seis y medio» de La Solera. El Fandi, que es más atleta que torero, acababa de dar dos largas cambiadas majestuosas. Y en cuestión de minutos, barandilleó para que saltaran las alarmas de segregación de adrenalina en la plaza. Toros y política son poco compatibles, aunque casi iguales. En el mundillo taurino el más honesto es el toro. En la política puede hacer carrera hasta el monosabio. Ojalá que los políticos también nos ofrecieran largas cambiadas sobre un tema tan árido como el que nos ocupa. Acción Nacionalista Vasca, en efecto, es un partido legal, inscrito allá por los años 30 del pasado siglo. Condena la violencia en sus estatutos y fue indemnizado, incluso, por el gobierno de tras confiscarle su patrimonio el franquismo Y ahora, como saliendo de las sombras, aspira a presentar listas electorales en el País Vasco y en Navarra. Los servicios del Ministerio de Interior se acuparán de cribar los listados. Y de separar la paja del trigo. Hay una Ley de Partidos que no admite equívocos, ni salidas por la gatera. No obstante, el coro político gritará con fuerza. Y yo creo que la discusión es jurídica, no política. Quienes hagan lo contario estarán violentando el Estado de Derecho.