Demasiados canditatos

VIENE A SER la misma proporción que suele darse entre los que aspiran a ocupar el puesto de concejal de urbanismo, pero a esos no hay que buscarlos: se encuentran. Lo que ahora se intenta localizar a lo largo del tiempo, que también es ancho, es a 'El español de la historia'. ¿Cuál de nuestros compatriotas alcanzó un más alto grado de excelencia? Ha habido muchos egregios, ya que consiguieron salirse de la grey, pero ¿quién fue el más sobresaliente? Y, sobre todo, ¿cómo se mide eso? En Francia se hizo hace años un experimento semejante y se comprobó que los dos hombres más grandes que había dado eran Napoleón, que no era francés, y Juana de Arco, que no era un hombre. Los finalistas del concurso nuestro son elegidos por los espectadores de una cadena de televisión de éxito, pero eso no garantiza el éxito de la elección. Hay televidentes de muy cortas miras y sobre todo hay que reconocer la dificultad de evaluar cosas heterogéneas. ¿Cómo escoger entre el arco de medio punto y la tortilla de patatas?, ¿o bien entre el arco iris y un buen vino tinto? No menos dificultad representa escoger entre Cristóbal Colón y Picasso, entre Ramón y Cajal y San Juan de la Cruz o entre Cervantes y Picasso. En la lista de los 100 hay cineastas, toreros, políticos, clérigos, empresarios, reyes, científicos (pocos), futbolistas y filósofos. También figura el simpático cantante Bisbal, que se hizo célebre gracias a llamada Operación triunfo . Una dura prueba para la democracia. Cada televidente es un voto, pero hay muchos tontos del bote. Si es cierto eso de que la democracia se funda en la transposición de lo cuantitativo a lo cualitativo, habrá que creer que El español de la historia ha venido siendo muchos españoles históri- camente. Al que elijan le va a traer sin cuidado.