Carril-bici en Ponferrada
Congreso de Cofradías de Medinaceli El VII Congreso Nacional de Cofradías de Medinaceli ha terminado. Han sido dos largos años de duro trabajo. Nuestra experiencia era exigua y nuestros sueños ambiciosos. Hemos luchado, a veces hemos tropezado, hemos perdido la ilusión y la hemos vuelto a recuperar, pero hemos aprendido mucho. Aún es pronto para hacer balance, pero creemos que ha sido un completo éxito tanto en lo que se refiere al encuentro y convivencia entre cofrades de toda España, como a nivel científico por la calidad de las ponencias y comunicaciones. Muchas son las personas, medios de comunicación, especialmente al Diario de León, empresas e instituciones a las que estamos agradecidos y también ha habido ausencias imperdonables. Pero no es este momento de reproches, sino de dar a todos las gracias. Gracias a las instituciones por su mayor o menor apoyo, gracias al Ayuntamiento y a la Cámara de Comercio de León, pero sobre todo gracias a la Diputación Provincial por su ayuda en las recepciones, por su atención y su tiempo y por su sensibilidad a la hora de hacer posible que el Cristo de Venancio Blanco presidiese nuestro Congreso. Para nosotros, y esperamos que para todos los asistentes, estos tres días han estado repletos de momentos irrepetibles e inolvidables y muchos de estos bellos recuerdos no hubieran sido posibles sin su colaboración. Gracias. Óscar Herrero Holguera (Secretaría de Comunicación del VII Congreso Nacional de Cofradías de Medinaceli. Condición humana Hablar del hombre moderno como de un ser, equilibrado, avanzado, humanizado y civilizado, parece más bien un sarcasmo si nos detenemos a meditar por un momento en lo que ocurre a nuestro alrededor. Cuando uno intenta buscar explicaciones a sucesos como la última matanza en una universidad de EE.UU., en las muertes por violencia doméstica, en la masacre diaria de Irak o en el terrorismo, por poner sólo algunos ejemplos, no se encuentran razones lógicas que nos permitan comprender las motivaciones humanas que inducen a estos hechos. Sentimientos de desconfianza y escepticismo hacia la naturaleza humana nos embargan, nos avergüenzan, haciéndonos sentir que retrocedemos a las cavernas. Es posible que la condición humana no nos permita ser de otra manera. Es posible que nos hayamos concedido demasiada importancia y trascendencia y, por ello, sentimos frustración cuando nuestro comportamiento no se ajusta a lo esperado. Es posible que estemos condenados a naufragar una y otra vez en un mar de errores. Pero, a pesar de nuestra condición humana, o precisamente por ello, necesitamos seguir luchando por encontrar resquicios a la esperanza y a las utopías. Pedro Serrano Martínez ( Valladolid) Mª Belén Villar Alvarez (Ponferrada).