NUBES Y CLAROS
Descanso electoral
EL 1º DE MAYO es jornada reivindicativa, y en denunciar carencias y desigualdades y reclamar mejoras se ufanan los sindicatos cada año. Este también. Pero últimamente hay algunas diferencias en el discurso sindical que no deben caer en saco roto en la sociedad leonesa. Ya el año pasado de vislumbraban acontecimientos que pueden convertirse en impulso de la pesada maquinaria de creación de empleo e ilusiones en la provincia. El martes un grito se dejaba oir entre las muchas exigencias que quedan por hacer en el mundo, en el laboral y en el social. Un grito no desesperado, pero sí un poco desesperanzado; el de quienes creen que León está ante una oportunidad histórica de desarrollo y ven cómo muchos se ocupan de torpedear las iniciativas en función de según qué rentabilidades políticas. Hace un año los dos sindicatos mayoritarios lanzaron un reto a los partidos políticos leoneses: hacer un esfuerzo de conciliación por el desarrollo de la provincia, un ejercicio de racionalidad para reconocer que lo que es bueno es bueno, aunque no podamos apuntarnos el tanto. Unir fuerzas para empujar los proyectos que pueden traer empleo y riqueza a la provincia, vengan de donde vengan. Se apuntaron, al menos de boquilla, las fuerzas sociales que pueden opinar al margen del bando político. Pero hicieron caso omiso los partidos políticos, inmersos permanentemente en un pimpampum cada vez más agrio, que no tiene ya periodos de descanso. «Ahora no es buen momento, pero quizá después de las elecciones podamos retomarlo...», pergeñaban los secretarios provinciales. Ojalá pudiera cumplirse el deseo. Perseguir el bien común se está convirtiendo en una asignatura que nadie quiere aprobar. Pero suspenderla nos va a salir caro a todos.