Aznar, Acebes y sus caricaturas

HAY personajes que cada vez parecen más su propia caricatura. Es el caso del ex-presidente del Gobierno, José María Aznar, y del ex-ministro Ángel Acebes. Cuando abren la boca se convierten en los mejores agentes electorales del Partido Socialista. Es difícil imaginar, ni siquiera con retranca gallega o ácrata, como abordó el tema mi compañero Fernando Ónega, unas declaraciones más inoportunas e irresponsables como las que hizo José María Aznar en Valladolid sobre las campañas de la Dirección General de Tráfico. También es difícil imaginar mayor simpleza y demagogia que la de Ángel Acebes al pronunciarse sobre la detención de la tonadillera Isabel Pantoja. Lo primero que se pone de relieve es que los dos consideran a los españoles necios y sin suficiente inteligencia como para no distinguir las estupideces de los argumentos serios. Una vez más se equivocan. La mayoría de los españoles ha demostrado con hechos que atinan separando el grano de la paja. Y la estupidez de la seriedad. Ya estamos acostumbrado a que Batasuna exija al Gobierno que retuerza las leyes o que mangonee en los tribunales. Como si eso fuera posible en el Estado de Derecho, aunque el Gobierno de turno quisiera. Cuando Ángel Acebes acusa al Gobierno de organizar la detención de Isabel Pantoja razona absolutamente igual que HB. No reconoce la independencia de los distintos poderes del Estado, implícitamente acusa al juez que instruye el sumario por la Operación Malaya de estar a las órdenes del Gobierno, o sea , prevaricando. Y, una vez más, Ángel Acebes deja en evidencia que para él no existen argumentos jurídicos frente a sus propios intereses políticos. El resultado ya se sabe: Aznar y Acebes viven en un mundo imaginario en el que se está con éllos o contra éllos. Con el PP o con el PSOE. En blanco o en negro. Por eso la realidad les sorprende todos los días, demostrando que esas disyuntivas no existen. Ocurre, sin embargo, que existen algunos medios de comunicación dispuestos a seguirles el juego. Son esos simplificadores de la realidad, de inventarse noticias o retorcerlas, por supuesto sin firma reconocible, hasta convertir algunas primeras páginas en algo así como un ejemplar del TBO y los inventos del profesor Franz de Copenhague. Lo importante es que, aunque les pese a algunos, anteayer se presentó la planta de biodiésel que se construirá, por Repsol y Acciona, en Jabares de los Oteros. Eso significa nuevos y prometedores horizontes para la agricultura leonesa. Mucho más importante que decenas de jóvenes se sentaran por la mañana ante Botines para pedir una vivienda digna. O que tres miembros de Ciudadanos del Reino de León mostraran su pancarta ante el Palacio de los Guzmanes exigiendo la segregación. O que Amnistía Internacional pidiera firmas contra la pena de muerte ante San Marcelo. Los tres actos, escenificados por la mañana, merecen todos mis respetos. Igual que los dos de la tarde: la concentración de los «Hijos de maría» invocando la legalización de la marihuana, o el de la familia de la joven Rocío Fernández Ameijeiras, aparecida muerta en Navatejera. Los cinco no se parecen a su propia caricatura. No desvarían como lo hace Aznar y Acebes.