Cambio sin cambio

LA VICTORIA de Sarkozy representa la continuidad del partido del Presidente Chirac, pero con un programa de renovación sobre la forma de gobernar en Francia. Es un programa de centro reformista pero dentro del sistema político actual, en cuyo Gobierno , Sarkozy ya era Ministro del Interior. El cambio que se propone el nuevo Presidente es muy práctico, realista y pretende darle a Francia el vigor y el prestigio de la gran nación que siempre ha sido. Para ello, en un discurso (una hora después del cierre de las urnas) ha dicho que quiere contar con todos los franceses, incluso con los que han votado a la señora Royal, para sacar a Francia de la crisis económica y social que vive la sociedad francesa. Se ha referido también a la posibilidad de recuperar dos grandes proyectos: el europeo y el atlántico. Europa necesita a Francia, que con Alemania, serán capaces de crear la ilusión perdida por los ciudadanos. Además s eñaló la intención de reforzar los lazos con Estados Unidos, para entre europeos y norteamericanos, ser capaces de enfrentarse a los retos del cambio climático. También declaró su intención de impulsar la formación de una región de pueblos mediterráneos, para resolver los problemas económicos y sociales que tienen los países euroafricanos. Sarkozy, un joven político con experiencia, asume un proyecto que no tiene nada de utópico, aunque lo parezca. Ha recibido un crédito enorme del pueblo francés para iniciar el cambio socioeconómico que necesita Francia. Ya veremos lo que hace, porque con su lema de «orden, seguridad y responsabilidad» no va ser fácil asumir los sacrificios que se le van a pedir o imponer a una sociedad largo tiempo desconcertada, por falta de valores y referencias.