HISTORIAS DEL REINO
Total, ¿para qué?
TOTAL, ¿para qué exigimos a nuestros jóvenes un nivel de estudios que les coloca entre los más preparados de España, si con ello sólo les capacitamos para abandonar esta Comunidad? Año tras año, informe tras informe, los datos se consagran en despiadada carrera hacia el desamparo demográfico de siete provincias de nueve. Unos dicen que la caída de la natalidad unida al envejecimiento de la población contribuyen a este oscuro final de cementerio. Otros añaden que, si uno escarba entre las cifras, se advierte cómo la sangría humana camina hacia Madrid o la otra provincia española que rima con ella. Fijan los expertos en dos grupos a las nueve divisiones administrativas que componen Castillileón: en uno, Segovia y Valladolid que engordan, en otro las demás y en el pelotón de los abandonados de la fortuna demográfica León, Zamora, Ávila y Palencia, con pérdidas muy superiores a todas las medias, así lo reconocen los estudiosos de la Universidad de Valladolid. La frustración domina a nuestros chicos de 15 a 29 años. Un duro desengaño vital cimentado en una elevadísima proporción de empleos temporales no bien remunerados, en un alto nivel de formación que sitúa a los jóvenes castellanos y a los leoneses por encima de todas las medias de la cultura y la formación nacionales, y, dentro de este desencantado grupo, a las mujeres en posiciones aún más elevadas que a los varones. Comparada con el resto de España, la participación laboral de esta franja de edad en su plenitud de fuerza y vitalidad nos coloca en el furgón de cola de todas las variables a considerar aunque, de nuevo, Castillileón no puede analizarse de forma heterogénea ya que una vez más un profundo abismo separa los dos equipos que juegan en esta liga: por una parte Valladolid y algunas más que le siguen, en la otra esquina del cuadrilátero de la pugna por la sobrevivir León, Zamora, Ávila y Palencia. Cansada, envejecida, pobre, abandonada durante dos décadas se localiza León con la máxima tasa de paro juvenil comunitario que, y cito a los expertos de la Universidad de Valladolid, «pone en evidencia el escaso dinamismo económico de esta provincia». Añaden estos analistas que, a la hora de hacer el hatillo y buscar curro, los muchachos optan por Madrid o Valladolid pues «es la demarcación con mayor potencia industrial instalada, el centro administrativo y geográfico y la provincia con mayor número de residentes de otras provincias». Recién licenciados, fuga de talentos sancionada por la falta de expectativas laborales, en este año 2007 la palma de todos los males se la llevan León, Zamora y Salamanca, mira qué casualidad. La centralista política de esta comunidad funciona bien¿ para los que funciona. El lápiz apunta al negro más fúnebre a escasos quinquenios vista si juzgamos por el pasado, pues, entre 1999 y 2005, más de cien mil jóvenes menores de 34 años se han volatilizado de esta Comunidad. Si Valladolid crece, otras dos se mantienen¿adivinen, amigos lectores, de dónde procede el grueso de esta cifra de expatriados económicos. Como siempre, de las reservas indias del Oeste.