Sacre

ESTA PALABRA representa el programa de Seguimiento de Aves Comunes Reproductoras, trabajo que llevan a cabo todas las primaveras muchos voluntarios de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife). La tarea consiste en censar, por la mañana, 30 puntos establecidos en una cuadrícula geográfica de 10 por 10 kilómetros de lado, puntos a los que se accede en vehículo y donde cada observador pasa 5 minutos registrando las especies y número de ejemplares que observa, a vista y a oído. Se hacen dos visitas, una entre el 15 de abril y el 15 de mayo, para coincidir con el apogeo de cría de las aves sedentarias, y otra después del 15 de mayo en la que se contean mejor los pájaros que han llegado a anidar desde África (abejarucos, vencejos, ruiseñores, papamoscas, etcétera). Si usted, en estas fechas, localiza algún pajarero con prismáticos y libreta anotando datos en una cuneta, seguro que es un socio de la SEO haciendo el SACRE. Los datos logrados año tras año sirven para saber la evolución de las poblaciones de las aves españolas, y detectar a cuales les va bien, con prosperidad numérica, y a cuales mal, por perder área ocupada y efectivos. Empezaré por las aves con tendencia alcista: la primera, en aumento desaforado, es la tórtola turca, abundantísima en parques, jardines y zonas urbanas; con menor pujanza de crecimiento están avión común, cuco, curruca capirotada, estornino negro, mosquitero papialbo, oropéndola, paloma torcaz, pinzón vulgar, rabilargo, zorzal común y ruiseñor. El conjunto que desciende entre un 2 y un 5% anual lo integran codorniz, alondra, collalba rubia, curruca rabilarga, escribano cerillo, golondrina común, mosquitero común y verdecillo. En general, el gremio que depende del bosque y de las zonas húmedas y urbanas se mantiene mejor que el colectivo de las aves agrícolas, donde los bajones de la alondra y de la codorniz, nos indican que la intensificación agraria incide negativamente en la biodiversidad del sistema de cultivos.