EL PAISANAJE
¿Y tú, de quién eres?
ANDAN en el PP y en el PSOE con la mosca y las encuestas detrás de la oreja porque, gane quien gane el domingo, lo más probable es que no se sepa ni después del recuento de las papeletas. A ver si nos entendemos, da igual que unos saquen trece concejales en la capital y los otros doce, o viceversa, si hacen falta catorce y los demás los tienen el PAL o la UPL. Es lo que decía el gallego Pío Cabanillas en tiempos de UCD cuando había que negociar con Pujol y Arzallus: «Hemos ganado, pero todavía no sabemos quiénes». Aquí viene a pasar ahora lo mismo, pero en cazurro, con los nacionalismos leonesistas partidos también por gala en dos. Son tan suyos que no sueltan prenda cuando se les pregunta qué o con quién van a pactar. Como mucho alguno se digna decirte aquello de «yo, lo mejor para León». Con respuestas de este tipo lo mejor es rebobinar en la memoria. ¿Se acuerda usted de la penúltima vez que se negoció la alcaldía de León? La tenían pactada de antemano entre Villalba y De Francisco, aún a sabiendas de que iba a ganar Amilivia, pero no lo bastante. Luego se rompió la UPL y quedó fuera De Francisco, que es como echar a padre de casa. La avaricia rompe el saco y los herederos empezaron a negociar otra vez a dos bandas prometiendo devolver la alcaldía al PP si les daban la oficina de Defensor del Común y la tira de puestos más. El PSOE, a su vez, ofrecía lo propio en Caja España al interés más desinteresado. Acabó la cosa con una finta rápida de Pelines , que no tiene un pelo de tonto, y volviose a engominar Mario en la alcaldía. Que uno recuerde, en aquel toma y daca de la provincia no se habló para nada. Y se decía que el leonesismo iba a ser fagocitado por los grandes partidos, craso error, porque hay cola de ex populares y ex socialistas que están pidiendo la vez para entrar en el PAL o la UPL por Villablino, Ponferrada o Sahagún. Es la historia interminable. Te los encuentras, les dices que te suena la cara y lo de «¿Y tú de quién eres?», pero callan como putas. Lo sabemos de sobra y que nos perdone la madre que los parió.