NUBES Y CLAROS
Tiempo de promesas
ES TIEMPO DE promesas, del todo vale, del puedo prometer y ya veremos,... Quedan pocos días para la cita con las urnas, y si el anuncio del político de turno vale todo el año, no digamos en estas fechas. Sería interesante que el electorado, además de aguantar carros y carretas sobre macropolíticas que tienen poco que ver con sus baches y sus cuitas, levantase el dedo en los mítines para que los próceres de la cosa municipal ahondaran en cuestiones básicas, como la financiación de los proyectos que anuncian con tanto ringorrango. Haremos y haremos. ¿Con qué? Las deudas de muchos de los ayuntamientos harían temblar las canillas financieras de unos cuantos ciudadanos, y el urbanismo de los ladrillos de oro comienza a mermar sus aportaciones a unas arcas que tienen demasiados agujeros. Eso, y no los desbarres de ex altos cargos a los que se les suponía (hace tiempo que ya no) más categoría y mesura, es lo que realmente debería interesar a los ciudadanos en esta convocatoria de papeletas en mano. Puestos a prometer, el ministro de Industria prometió ayer que, diga lo que diga la Unión Europea, las ayudas al carbón se mantendrán en España hasta el 2012, como compromete el Plan del Carbón. No dijo tampoco Joan Clos cómo piensa sortear los exigentes controles de las autoridades comunitarias cuando a partir del 2010 certifiquen el ¡hasta aquí! de la subvención a las empresas mineras. No es que se caracterice precisamente el ex alcalde barcelonés por hacer declaraciones a fondo sobre el tema del carbón, que francamente no es su fuerte. Y no estamos en época de abrir frentes incendiarios. Pero el informe de la UE es mucho más que preocupante para la minería. ¿Bastará con promesas de pasada?