EL BALCÓN DEL PUEBLO
Últimas bocanadas electorales
LA CAMPAÑA electoral para las municipales y autonómicas está dando las últimas bocanadas. Quedan dos días de frenética actividad y tres para relajar en las urnas el azogue político del voto. A última hora del domingo, el «bla, bla, bla» de la campaña sólo será óxido. Los ciudadanos habremos dado y quitado razones. En el estertor final, Ángel Acebes no será la estrella que ponga el broche de oro a la candidatura popular liderada por Mario Amilivia. Hasta los suyos consideran al abulense como un apestado político, trasnochado y tan acabado como el ex-presidente José María Aznar. Sus reflexiones públicas nos meten en las cavernas, no en la modernidad. Lo último de Aznar es de auténtica oligofrenia. Visiona a media España contra la otra media. O sea: prologa el enfrentamiento incivil de hace 70 años en nuestro país. Y no sólo eso: también que su sucesor en La Moncloa, Rodríguez Zapatero, es el presidente que abre de par en par las puertas de las instiuciones a Eta. Como al Piyayo, a chufla lo toma la gente. Aznar no pudo elegir mejor localidad para su tormenta ideológica: Calatayud, donde en metáfora pura, se puede preguntar por la Dolores o por el Andrés. Los dos hacen los mismos favores. El ex-presidente José María Aznar molesta profundamente a muchos ciudadanos. Cada vez que aparece en pantalla se sienten insultados en su inteligencia y en su buen gusto. En cambio, a los dirigentes socialistas les hace felices. Están deseando que haga más declaraciones abracadabrantes porque, sin duda, es uno de los mejores agentes electorales con los que cuentan. El trípode lo completaría Zaplana. La campaña electoral se ha visto difuminada por otros temas que nada tienen que ver con ella. Sin embargo, paralelamente, hemos ido conociendo casos y más casos de corrupción municipal que exigen ampliar y potenciar la Fiscalía Anticorrupción. Quizá contando ya con un fiscal por provincia. Nos consta a todos que tienen trabajo a destajo. El último caso conocido es de antología: ese alcalde de Castellón al que sus vecinos le han regalado numerosas viviendas y fincas que suman 47 hectáreas. Viendo el careto de su jefe, Fabra, gafas negras, media sonrisa e inquietante, titular de la corporación provincial, este alcalde será capaz de decir que los vecinos le hacen los regalos por guapo. Y para terminar: el domingo pasado, este periódico publicaba una encuesta, según la cual, la Diputación Provincial es la institución mejor valorada por los habitantes de León ciudad, por delante del Ayuntamiento y de la Junta de Castilla y León. Y la segunda mejor valorada, también por delante de la Junta y del Consejo Comarcal, en Ponferrada. El reconocimiento y el respeto que tiene León a la Diputación casa muy mal con que en estas elecciones, de las que saldrá la nueva corporación provincial, pase desapercibida. No se sabe si existe en los programas de los diferentes partidos. Si lo tienen, apenas lo han voceado. Todo ello se debe a la elección indirecta, fórmula ya decimonónica. Es hora de cambiarla para pasar a ser elección directa de los ciudadanos. Por dos razones: por salud de higiene democrática y, también, porque el sistema de elección debe ser respetuoso con el arraigo que tiene la institución.