La Ruta de la Plata. 22 años de engaños

DESDE QUE el día 1 de enero de 1985, Enrique Barón, ministro del gobierno socialista de Felipe González hizo efectivo el cierre de la línea férrea Plasencia-Astorga, se abrió la veda para una particular interpretación de los informes sobre la rentabilidad de las líneas férreas, ciñéndose sólo a criterios puramente económicos, y descartando los criterios sociales. Qué paradoja para un partido que lleva en sus siglas, la palabra socialista. El gobierno de Castilla y León, en aquella época en manos también del PSOE, siguió la voz de su amo y no movió ni un dedo para no disgustar al «jefe» y así conseguir más fácilmente el cierre de la línea, y no hacerse cargo, como ocurrió en otras comunidades autónomas, de parte de la financiación de la línea ferroviaria. Lo cierto es que la línea ha ido pudriéndose y llenándose de maleza desde ese día. El PSOE fue sustituido hace ya años por el PP en el gobierno de la comunidad y durante dos legislaturas en el gobierno de la Nación, tampoco mostraron ni muestran el mas mínimo interés por la línea, eje de comunicación del oeste de la región; ya se conocen las preferencias de los de Fuensaldaña por otros ejes. Bueno, que no demuestran interés ni unos ni otros, no es del todo cierto, de vez en cuando, como serpientes de verano, perdón «electorales», todos se acuerdan de repente de que la línea yace en el sueño de los justos. Pero una vez pasado el verano, perdón de nuevo, las «elecciones», ya nadie se acuerda del tema. Dentro de las propuestas que Zapatero cacareó durante el periodo electoral de las elecciones del 2004, se encuentra su etéreo Plan Oeste que incluía de nuevo, cómo no, promesas sobre la reapertura de la Ruta de la Plata. Una vez en el poder anunció que en el consejo de ministros que se celebraría en León, se aprobaría dentro del manido Plan Oeste, la reapertura para mercancías y viajeros de la Ruta de la Plata, e incluso fijaba los dineros a invertir, 50 millones en el tramo prioritario, Zamora-Salamanca, y 100 millones para el tramo Astorga-Zamora. Según dijo, en los 190 kilómetros comenzarían las obras entre el 2005 y el 2008. A día de hoy no se ha actuado ni sobre un milímetro de la traza, ya que en dicho consejo de ministros, celebrado el día 23 de julio de 2004 el proyecto quedó nublado, mejor dicho apagado; vamos, que nos volvieron a vender humo. Humo nos quieren seguir vendiendo sin rubor una y otra vez cada vez que hay elecciones en el horizonte, como reitera el secretario regional del PSOE, Ángel Villalba y que figura en el programa electoral del partido para las próxima elecciones autonómicas, definiendo esta línea como eje vertebrador de la zona oeste de la comunidad, zona deprimida y con problemas de desarrollo social. Para la cual es necesaria la recomposición urgente del trazado adecuado en prestaciones, comodidad y seguridad, acordes con el siglo XXI. La recuperación de línea serviría potencialmente a 600.000 personas el 25 % de la población de la comunidad. Eso ya lo sabemos, y también sabemos que seguirán mintiendo con su reapertura sin adjudicar dineros a las obras. Fue un timo electoral del PSOE en 1985, re-timo del PSOE en 2004, y una falta total de respeto en las próximas elecciones de mayo. Esta es la única realidad. La última propuesta que ha surgido sobre esta línea moribunda, cerrada, desangrada, y depauperada, durante más de dos décadas en el más absoluto abandono, da la puntilla al proponen varios ayuntamientos mayoritariamente en manos del PSOE en Zamora y León de convertir la línea en una vía verde dedicada al paseo en bici o en caballo como dice la propuesta. Nada más lejos de la reapertura de la línea, ya que las vías verdes han surgido del cadáver de líneas ferroviarias a las que han despojado de sus infraestructuras para su uso. El eufemístico término de vía verde, consistirá en rematar al ferrocarril del Oeste, mientras los socialistas que no quieren reabrir la línea, camuflan la falta de inversiones en estas lánguidas alternativas. No hay vía más verde que aquella por la que circula un tren, el transporte más ecológico y respetuoso con el medio. Esta propuesta choca frontalmente con la reapertura de la línea, pues ambos usos no son compatibles en el caso de la reintroducción de los trenes en la línea, sobre todo en lugares sensibles para la circulación, como serían las obras de fábrica, así como los puentes al no poder ser de uso común por la peligrosidad que ello entrañaría. Por otro lado la ocupación de la plataforma de la vía causaría problemas en el caso de una reapertura de la línea, ya que fomentaría la oposición a la hora de la necesaria sustitución de la vía, ocupación del terreno que parece ser uno de las cuestiones de esta propuesta. Ya sabemos los intereses que suscita la liberación de los terrenos ferroviarios para los ayuntamientos: la especulación. Este proyecto de defunción definitiva de la línea ferroviaria, contaría con el respaldo y la financiación del Ministerio de Medio Ambiente, que en vez de financiar vías muertas, perdón verdes, debería de implicarse con las recomendaciones del protocolo de Kyoto, y con el tirón de orejas que dan a la UE por el aumento de las emisiones de CO2, por el uso y abuso del transporte de carretera principalmente. ¿Dónde están los antes reivindicativos sindicatos? Y si tiran de las orejas al resto de Europa con una cuota ferroviaria del 10-15%, a nosotros nos las tendrían que cortar, pues sólo llegamos al 3%. Si quieren un nuevo camino recuperen el trazado original de la Vía de la Plata. Señores políticos, no nos vendan más motos, dejen de engañar y jugar con las ilusiones y el desarrollo de la zona Oeste de la comunidad y trabajen seriamente por la reapertura del tren, nos va en ello el futuro de 600.000 personas.