A la sombra de la guillotina

DESPUÉS de la marea electoral que llevamos, nos hemos acostado día sí, día no, con Herrero Rubinat de presidente de la Diputación, con Chamorro en la poltrona leonesa, con Silván ganando por una cabeza a Villalba, con Eduardo Fernández el de San Andrés del Rabanedo a la caza del voto perdido, cual velociraptor político. Al final, entre codazo, pisotón, colleja electoral en Ponferrada, Villablino y León, se recolocan los guerreros¿hasta llegar al 13 en los Guzmanes. Ahora que teníamos los equipines de fútbol al completo, con el trío arbitral en la banda esperando turno para dirimir resultado, en la prórroga se queda sólo el tío del pito mientras la linier vuelve al banquillo y el compañero al alfoz. Mas lo único cierto después de tanto sofocón para estos chicos es que Lázaro García cederá el asiento a Herrero, que se acomodará donde siempre, mientras la Dama de Hierro calienta el trono. Chamorro, el más discreto en estas lides, ocupará entretanto un puesto merecido; por su parte Villalba termina ganando en votos León para la causa socialista y rebasa a Silván in extremis, y, por si no faltase pastor en el Belén, un funcionario a lo Rompetechos confunde churras con merinas, o Pelines con Oteros, que tanto monta que diría doña Isabel, aunque no la Carrasco, a pesar de que ambas sacan pecho de reinas. ¿Vencedores y vencidos? ¿Y qué pasa con los intereses de los votantes ahora que ellos ya tienen sillón bajo las nalgas? ¿Qué les darán a los leoneses que emigran, a los jóvenes que acaban con más kilómetros en los lomos que el baúl de la Piquer de tanto viaje para encontrar trabajo? ¿Acaso un hospital entre Astorga y La Bañeza? ¿Quizás el circuito de mi pueblo pagado con dinero de la Junta? ¿Se hará algo más que frontones de última hora para gastar los dineros en los pueblos? ¿Tendremos comedores sociales para los ancianos escasos de recursos, como han hecho en Saldaña (Palencia)? ¿Volverán nuestros reyes con brío en el 2010, o serán torpedeados desde la patria de Ansúrez con las bendiciones pro vinciales a cambio de un Jacobeo más? D urante esta movida semana, ante este vergonzoso espectáculo del «quítate tú, pa¿ ponerme yo», muchos de los lectores se habrán sentido tricoteuses francesas de esas que hacían calceta en la Place de la Grève mientras veían caer las cabezas como el que oye llover y comentaban, entre tricote y tricote, lo caro que se vende el euríbor al tiempo que les salpicaba la sangre de los ejecutados políticos, víctimas de la cruel Madame Guillotina. En la versión leonesa del afeitado, consiguieron que rodara la de Javier García Prieto en forma de procurador, desean otros que ruede la de Mario Amilivia y quisieron también que les acompañara la de Ángel Villalba. Pero ya lo advertía el Marqués de Santillana: en la victoria y en la derrota se conoce al caballero. También al villano. Me quedo con las palabras de Danton, el revolucionario francés, antes de entregar la cabeza al verdugo: «mi domicilio será pronto la nada y después el panteón de la historia. No me importa. Muéstrale mi cabeza al pueblo! ¡Vale la pena!».