Diario de León

AVE DE PASO

¿Dónde está Maragall?

Publicado por
ASSUMPTA ROURA
León

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¿SE ACUERDAN de Pasqual Maragall? Me refiero al que fuera alcalde de Barcelona cuando la ciudad celebró los Juegos Olímpicos, el mismo al que poco le faltó para declarar la independencia de Cataluña en el pueblo más pequeño de esta comunidad hace un año, siendo president de la Generalitat catalana. Pues bien: con independencia de los errores cometidos siendo presidente, impresiona el poco tiempo transcurrido desde que una buena mayoría respetara su supuesto capital intelectual hasta hoy cuando, con su propio esfuerzo, e ignoro si con la ayuda de malas compañías, le vemos como la caricatura de lo que pudo ser y no fue desbordando incluso lo que se conoce con el nombre de maragalladas. Hace un par de meses fueron unas declaraciones hechas a un semanario catalán de reconocida trayectoria al afirmar que pedir un nuevo estatuto fue un error, las que nos dejaron atónitos. No en vano él había sido el impulsor de esta marcha hacia la catástrofe cuyas importantes heridas han de curarse el resto de partidos políticos catalanes empezando por el suyo que aún presidía junto con la pasmada ciudadanía. Afirmaciones muy duras contra unos y otros, hasta el punto que su entorno trató en vano de disuadirle de que las hiciera. Cierto que semanas después avisó que una vez celebradas las elecciones municipales dejaría la presidencia del partido socialista de Cataluña, en cuya sede no había vuelto a poner un pie, que apareció junto a Montilla en un mitin, que colaboró en la campaña con bolos por varias comarcas y que asistió a la convocatoria central donde estuvo Zapatero al que ni tan sólo dirigió la palabra. Según Maragall, Rodríguez Zapatero le ha traicionado. ¿Hemos de creerle? ¿Por qué no pensar que la traición fue a la inversa? ¿Por qué no cuenta, ya puestos, qué papel jugó desde el comienzo, CiU? Ahora con una «Carta a los amigos» publicada en La Vanguardia se despide de la presidencia del PSC y nos cuenta su decisión de montar un partido europeo con el italiano Prodi y otras malas compañías porque, dice, el futuro inmediato es Europa y no los estatutos autonómicos de España. Mientras, el eurodiputado Raimón Obiols, compañero de viaje suyo, otrora candidato del PSC a la Generalitat y virtuoso intelectual donde los haya, afirma que lo de los partidos europeos a día de hoy es una fantasía para rehuir los verdaderos y no poco dificultosos caminos para avanzar hacia la construcción europea. Maragall sigue en su limbo. Los que creyeron que era una promesa que admitan que es imposible comprometerse con el viento.

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