Diario de León

EL BALCÓN DEL PUEBLO

La hora de los sepultureros

Publicado por
JUAN F. PÉREZ CHENCHO
León

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HAN rescatado el hacha del zulo y la serpierte zigzaguea ya entre los zarzales. ETA ha roto el alto el fuego. De hecho saltó en añicos con el atentado de aquella mañana heladora del penúltimo día de diciembre en Barajas. Desde entonces se esperaba esta declaración con cualquier pretexto. El caso es que tanto la ruptura en sí misma como el comunicado demuestran, sin duda alguna, que nunca hubo pacto entre el Gobierno y ETA. Ni para romper España, ni para entregar Navarra al País Vasco, ni toda la sarta de mentiras, estupideces y patrañas que durante meses han vociferado algunos dirigentes populares, sus peones y mariachis, como los que llaman a Mariano Rajoy «Maricomplejines». Que nadie espere que pidan disculpas por la gigantesca intoxicación. Al revés: alguno de ellos, con cara de sepultureros sartisfechos, esperan el próximo muerto de ETA para culpar al Gobierno en lugar de a los terroristas. Pero volviendo a nuestro territorio específico: la condundente victoria del Partido Popular en Castilla y León ha tenido respuesta del líder de la oposición, Angel Villalba. No se presentará a la reelección como secretario general regional, ni como candidato a la presidencia de la Junta. Sin embargo, continuará al frente de los socialistas hasta la celebración del próximo congreso ordinario. El objetivo es preparar responsablemente las elecciones generales de marzo. Porque serán en marzo. Salvo catástrofes imprevisibles, no habrá adelanto electoral, como ayer se empeñaban en poner altavoces a los ecos desde algunos medios, incluso encontrando gateras diplomáticas y vaticanas. La leche, vamos. En realidad, Ángel Villalba, que sacó más votos en León que Antonio Silván, perdió las elecciones en Valladolid, centro de gravedad de la mayor parte de esta comunidad autónoma desvertebrada, pero controlada y supeditada a lo que se diga desde la orilla del Pisuerga. Ángel Villalba ha sido ninguneado en Pucela. ¿Y cuál es la razón que avala mi tesis?. Muy sencilla: porque a las élites vallisoletanas -políticas, económicas, intelectuales, mediáticas, universitarias, sindicales-, esa élite de intereses comunes que lidera la Junta, nunca les podría ir mejor. En algunos medios de comunicación de Valladolid, Villalba ha recibido mayor atención durante los últimos diez días que durante toda la camapaña electoral y los doce meses anteriores. Se podría recitar aquí lo de «muerto el burro, la cebada al rabo». Tras la indiscutible victoria popular, Juan Vicente Herrera da muestras de vértigo. Ha comenzado a hablar de sí mismo en tercera persona: «Lo ordena el presidente del PP de Castilla y León». Y lo que es peor, ha autorizado al zafio secretario regional, Fernández Mañueco, para hacer una oferta obscena a Joaquín Otero con el fin de impedir que un socialista se siente en el sillón de corregidor del Ayuntamiento de León. Afortunadamente, los concejales leonesistas han considerado la maniobra como impresentable e injustificable ante los ciudadanos. Y la valoraron como un suicidio político. El gato escaldado del agua hirviendo huye. Y los leonesistas conocen los antecedentes. Ahí está el del antiguo Centro Democrático y Social (CDS) o el novísimo de Rodríguez de Francisco. Claro, que para Otero, podrían reservarle un final como el de Luis Aznar.

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