DESDE LA CORTE
El bonito juego del desmentido
UNA de las costumbres más curiosas de la prensa de este país es la siguiente: se pone a circular una noticia; se procura no confirmarla por aquello de no dejar que «un desmentido te estropee tan bella historia»; si nadie la desmiente de inmediato, pasa a ser una verdad absoluta, y nos referimos a ella de esta manera: «se ha publicado, y nadie lo ha desmentido¿» Así se crean verdades que sólo existieron en la imaginación del informador o de quien le transmitió el bulo. Ayer ocurrió algo que complica un poco más las cosas: el desmentido del protagonista de la información puede ser perfectamente inútil. El diario ABC decía a toda portada: «El número dos de Moratinos (Bernardino León) se reunió en Ginebra con ETA». Repetía el mismo titular, también a toda plana, en página interior. Sin embargo, el señor León desmintió la noticia «de forma rotunda y categórica». Negó contacto alguno, directo o indirecto, con miembros, representantes o enviados de la banda. Pero ese mentís se daba a pie de página, como pequeña noticia que parecía un vaso de agua al lado de un pantano. Una de dos: o ABC está completamente seguro de sus fuentes, o importa un pimiento la versión del protagonista, que al final queda como mentiroso o como personaje obligado a ocultar la verdad. Pero ¿quieren ustedes una complicación o una curiosidad más? Pues la tienen: el señor Zaplana quiere pescar en estas aguas y, después de escuchar otra negación de Moratinos, lanza caña y sedal al río: «Un desmentido genérico no es suficiente. El gobierno debe explicar hasta dónde, con quién, cómo, de qué se ha hablado». Me quedo patitieso: si se niega la existencia de la reunión misma, ¿cómo se puede informar de su contenido? Entre unas versiones y otras, estamos asistiendo a un fenómeno nuevo, inaudito en la historia de la comunica ción: la verdad a la carta. La actualidad es com o la carta de un restaurante donde los comensales podemos elegir la que más nos guste. ¿Que usted quiere cargarse de argumentos contra Zapatero? Una parte de los medios se los sirven cada mañana. Tiene para elegir. Y si no tiene suficiente, busque una declaración de Acebes o Zaplana. ¿Que usted desea defender al presidente? Otra parte de los medios le dan las noticias contrarias. Y si no, siempre hay una entrevista de José Blanco. Al final, ¿saben qué es lo más triste? Que el diario «Gara» o la propia banda terrorista lanzan su versión de los hechos y se constituye en la verdad oficial. Más tarde aparecerá un portavoz y nos pondrá en la disyuntiva de preguntarnos si creemos más al gobierno o a una banda terrorista. Y tenemos que responder que creemos al gobierno, faltaría más. Pero nos queda la duda. Y a veces, mucho más que la duda.