«Cuestión leonesa»

UPL ha perdido en las urnas, pero han convertido su causa en el gran debate mediático. Y esto ha sido posible no sólo por un pacto municipal sino porque existe, como ha declarado muy bien Ángel Villalba, una innegable «cuestión leonesa que hay que resolver»; ahora hay que dilucidar en qué consiste tal cuestión. El leonesismo nada tiene que ver con los movimientos separatistas del País Vasco o de Cataluña, pese a que algunos medios ya utilizan con fines capciosos el término «segregacionismo», incitando a una perversa asociación de ideas; aquí nadie niega nuestra españolidad, todo lo contrario. Personalmente, soy reticente hacia las argumentaciones basadas en glorias pasadas. Tiendo al presente, prefiero sumar a restar. Pero el leonesismo no se reduce a una reivindicación concreta. Existe un innegable sentir colectivo, se vote a quien se vote, que se traduce en reticencias hacia la Junta de Castilla y León. ¿Por qué? En muchos casos carecen de fundamento; en otros, no tanto. Sea como sea, para entender un fenómeno lo que nunca debe hacerse es negar su existencia. Herrera, uno de los políticos más inteligentes de nuestra Comunidad, debería iniciar una ronda de consultas con leoneses, afines o no, tan discretas como sinceras. La opinión de Amilivia le será muy reveladora, pues conoce muy bien los distintos matices del leonesismo. Alegan que al Ayuntamiento no le corresponde decidir sobre estas cuestiones, es cierto, pero sí pu ede propiciar el debate sobre las mismas. Los debates sociales no se pueden imponer, existen o no. Ya le puedes echar márketing que nadie conseguirá que la sociedad se interese por aquello que la trae el fresco. Sí, hay una «cuestión leonesa». Lo que no existe es un único leonesismo, sino múltiples, casi tantos como leoneses.