¿Dejar que se pierda?
Él estuvo allí Durante estos días se han sucedido una serie de acontecimientos esenciales en la trayectoria poética de Antonio Gamoneda. La concesión del Premio Cervantes, que se merece, con creces, donde se ha producido una conjunción astral afortunada, que sucede, si los dioses lo permiten, cada milenio, y el discurso emotivo pronunciado en la concesión del galardón, que es sólo la continuación de una larga historia que empieza en la conciencia y termina cuando ésta llega a su fin. Él estuvo allí. Ésta que leen ahora es la humilde aportación de una ciudadana consciente de una de las realidades que hacen distinguir a unos de otros, a unos poetas de otros, e incluso, me atrevería a decir, a unas personas de otras: el hecho de haber estado en un lugar de la historia, y el hecho de haber existido y haber sido consciente. Pues muchos han estado en todas partes y parece, o a veces da esa impresión, que no han estado en ninguna. La poesía, dice Antonio Gamoneda, es una emanación de la existencia, pero para comprender esta afirmación hay que ser conscientes de la particular circunstancia. De otro modo es imposible. Una entelequia. Muchos estudios sesudos, poéticos y académicos hablan de influencias de unos y otros. Podríamos citar a algunos de los que él reconoce como sus maestros, pero ello no añadiría ni quitaría nada, en absoluto, al conjunto de una obra valiosa hecha con el lápiz que cava y cava la fosa sin solución ni elección. Porque no se elige. Se nace y se mama. Pero se nace. Con esta aportación de una ciudadana rindo mi particular homenaje al poeta al que he leído a conciencia, al que manifiesto mi respeto, admiración y cariño. Y termino, con una reflexión, a mi parecer, muy interesante, que hará comprender algo más esta breve carta: Goethe, en Poesía y verdad , indica como la fecha del nacimiento del humanismo europeo el 25 de octubre de 1518. Aquel día, el erudito y humanista Ulrich von Hutten escribió una carta a su amigo Willibald Pirckheimer en la cual le explicaba que, aunque era de noble cuna, no deseaba ser un aristócrata sin habérselo ganado: «La nobleza por nacimiento es puramente accidental y, por lo tanto, carece de sentido para mí. Yo busco el manantial de la nobleza en otro lugar y bebo de esas fuentes». Aquí, una vez más, como indica uno de los pocos profesores humanistas que quedan en Europa, George Steiner, podemos ser testigos del nacimiento de la nobilitas literaria: la verdadera nobleza es la nobleza del espíritu. Mª Ángeles Basanta (León). Esfuerzos que no caen en vacío A pesar de haber luchado y sufrido durante un año el cáncer que al final venció a nuestra hermana Aurora, sabemos que su esfuerzo no cayó en vacío, ya que su abnegación y resignación fueron encomiables, así como la magnífica y humanitaria atención dispensada por la doctora Carmen Castañón, su esposo y todo el equipo médico de la Seguridad Social, que con tanto cariño y profesionalidad la atendieron. Sea nuestro sincero agradecimiento para todos ellos a quienes animamos a seguir en esa línea, los cuidados que tantos pacientes necesitan. Antonio e Isabel González (León). Domingo Martínez. Baños de Valdearados; Burgos.