Por si acaso

ABUNDAN las personas afligidas por un cierto retraso mental que desean que siempre se adelanten las elecciones. Creen que lo mejor que se puede hacer con el pueblo español es aburrirlo y no han reparado en la circunstancia irrefutable de la abstención. A este paso, el partido más numeroso será el compuesto por los que no van a las urnas ni siquiera en presencia de su abogado. Los pactos, que se dividen en infames y monstruosos, puede que le den dinero a quienes los conciertan, pero le dan la risa a los votantes. Aunque Groucho Marx dijera eso de que no es la política la que hace extraños compañeros de cama, sino el matrimonio, hay organizaciones políticas cuyos líderes no se pueden ver que se han puesto de acuerdo con vistas al reparto. Tú alcalde y yo concejal de Urbanismo y a Dios lo que es de Dios y al César unas cantidades cuya cifra exacta no la sabe ni Dios. El jefe de la oposición reclama algo difícil de conseguir, ya que no se logra sino que se obtiene: la unidad. Nos van a dar una tabarra importante. En el debate del estado de la nación se van a airear los problemas principales de España, que son exactamente los que no han sabido solucionar los sucesivos gobiernos. Entre ellos, la pérdida de poder adquisitivo, el acceso a la vivienda y la seguridad ciudadana. No hablemos de la 'baja competitividad', que no puede ganar altura en manos de incompetentes, ni de la política exterior, malherida desde que el señor presidente pegó el culo a la silla al paso de la bandera estadounidense. Todo promete arreglarlo Rajoy en un abrir y cerrar de ojos de las estatuas que siguen parpadeado cuando no las ve nadie. Se asegura que cada país tiene lo que se merece, pero ¿qué habremos hecho nosotros para merecer estos líderes? Quien lo sepa que lo diga.