Diario de León
Publicado por
PANCHO PURROY
León

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MILLONES de abejas mueren en Europa y América del Norte debido a un fenómeno extraño bautizado como SCC (Síntoma del Colapso de la Colonia). La preocupación es extrema, no solo por el destino de los himenópteros melíferos del género Apis sino por las consecuencias nefastas hacia muchos cultivos, desde las manzanas a las almendras, que dependen de la polinización de los insectos para producir frutos. Las teorías sobre las causas del SCC son variadas, tras observar que las abejas pecoreadoras, trabajadoras en la recolección de néctar, salen de la colonia y ya no regresan. Al faltar las abejas que aportan comida, muere la reina de hambre y falta de cuidados y, con ella, la colmena entera. En España el problema empezó el año 2000. En el laboratorio del Centro Apícola de Guadalajara, se empezó a detectar el aumento de un parásito (Nosema ceranae), protozoo intracelular muy dañino, capaz de matar al insecto en menos de una semana. Entra por la boca, se dirige al estómago de la abeja, donde clava un filamento en las células epiteliales y les transfiere su material genético. El ejemplar se debilita, se aleja del colmenar y fenece. El refrán de a perro flaco todo son pulgas, puede aplicarse a la pobre abeja. La baja calidad y cantidad de polen derivada de tendencias de sequía y los pesticidas agrícolas -en especial, los muy usados nicotinoides-, colaboran a que la vida de los enjambres sea difícil. Otra amenaza nueva son los teléfonos móviles. Un estudio de la universidad alemana de Landau demuestra que muchas abejas se desorientan y no retornan a la colonia si hay un móvil cerca. Una frase del físico Albert Einstein. «Si la abeja desapareciera de la tierra, al hombre solo le quedarían cuatro años de vida: sin abejas no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres», ha echado más leña al fuego alarmista. Me apresuraré a consumir la buenísima miel de León, de brezos, tomillos y melada de roble, antes de que sea artículo de lujo.

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