APOLOGÍA DEL BIEN
«Buscamos...»
CAJA ESPAÑA nos ha sorprendido con un anuncio revolucionario. «Buscamos a gente con ganas de cambiar el mundo». Está bien que ya se empiece a reconocer que este mundo no es bueno, que se puede hacer otro mejor. Ya sabemos lo que hay que hacer para cambiarlo. Pero los que tienen el poder no quieren, utilizan el poder y el conocimiento para dominar no para beneficiar a la humanidad. Ante el abuso de los grupos de poder, debemos utilizar mejor nuestro cerebro para evitar que nos utilicen como herramientas necesarias para enriquecerse unos pocos. Tenemos que aprender a preguntarnos por qué la mayoría somos tan idiotas. Por ejemplo, sabemos que estamos respirando aire sucio en las ciudades españolas y que las partículas que respiramos causan asma, alergia, problemas respiratorios y cardiovasculares y callamos. El anuncio dice además: «Buscamos proyectos que cambien este mundo, que sean capaces de compatibilizar la conservación de la naturaleza con nuestro progreso. Por eso, la Obra Social de Caja España convoca sus primeros premios de Medio Ambiente, para apoyar proyectos que posibiliten el desarrollo y la conservación de la biodiversidad. ¿Tienes un proyecto para cambiar el mundo?». Paradojas: se pide un proyecto para cambiar este mundo, pero que sea compatible con lo que llamamos progreso. ¡Ay de nosotros! Tenemos un gran problema: el concepto de progreso que manejamos es erróneo. Llamamos progreso a producir más coches, más armas, más objetos innecesarios, más deshumanización, consumir deprisa, precisamente a lo que nos está perjudicando. Al Gore, exvicepresidente de EE UU, ha hechos estudios solventes sobre los efectos del cambio climático por las agresiones al medio ambiente, y advierte que si no actuamos en 10 años no podremos evitar el calentamiento. No sólo él, los ecologistas, también avisan. Por tanto, de momento sobra información y se sabe lo que hay que hacer, lo que sucede es que no hay voluntad política para hacerlo, ni sensibilidad social para exigirlo. Lo que hay que hacer es cambiar el modelo productivo, el modelo de transporte, y el modelo de las ciudades, producir sólo necesario y repartir los recursos. Necesitamos diseñar una economía estable y una población estable bien repartida territorialmente y eliminar el modelo de mercado, no dejarlo en manos de depredadores. La medida del progreso tiene que ser tomada a partir de la biología, no del mercado. La economía y el dinero son el medio, pero no el fin, como está ocurriendo. El mundo es así de malo porque, en vez de participar todos en su construcción, expresar nuestras experiencias, aceptamos que una minoría, opine, nos dé ordenes. ¿ Hay algún remedio?. Por supuesto, cambiar lo malo y a los malos.