Fútbol y urbanismo

PRIMERO fueron las torres de la Ciudad Deportiva del Real Madrid: se permitió que este club enjugara su abultada deuda por el procedimiento de permitirle un disparate urbanístico en un terreno de su propiedad. Ahora es el Atlético de Madrid el club que aspira a recibir el mismo trato de las instituciones y propone abandonar el estadio Vicente Calderón junto al Manzanares, en una zona revalorizada por el soterramiento de la M-30, para construir varias torres en él. Nada menos que 1.600 nuevas viviendas que congestionarán definitivamente la zona en una inmoral operación especulativa. El club afirma que la idea es lograr unos beneficios limpios por plusvalías de 500 millones de euros de los que 150 servirán para acondicionar el estadio de La Peineta. Los socios están absortos.