Muerte civil

MARIANO Rajoy acudió el miércoles a Barcelona a celebrar la reconstitución del PP tras la marcha de Piqué. Acudieron algunos de los líderes históricos de anteriores etapas -incluso Vidal-Quadras, defenestrado por Aznar para complacer a Pujol- pero a modo de venerables reliquias, sin posibilidad alguna de regresar a puestos de relevancia. El nombre de Piqué, que fue la estrella hace bien pocos días, ni siquiera fue mencionado: ha desaparecido por el sumidero de la historia, devorado por el vértigo de la ortodoxia organizativa. Pero en el otro lado ha habido también desapariciones llamativas: nada menos que Pasqual Maragall, que lo ha sido todo en Cataluña. Hay algo salvaje e inhumano en estas desapariciones súbitas, que equivalen bastante a la muerte civil.