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León

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La búsqueda de la frágil perfección Si ya la vida resulta de una inexplicable inestabilidad, quien aspire a una existencia perfecta está condenado a vivir sólo breves episodios de placidez. Por eso, a quienes peinamos canas la felicidad nos asusta un poco, por lo que puede significar de preludio de sombras. La perfección es algo, a un tiempo, deseado y temido. El gran pensador que fue Napoleón, manifestó que «si la perfección no fuese quimérica, no tendría tanto éxito». La perfección total no es de este mundo. La perfección no existe; comprenderlo constituye un triunfo de la inteligencia humana; ambicionar su posesión representa la más peligrosa de las locuras. La perfección subsiste, en todo caso, sólo en la mente humana. El afán de perfección hace a algunas personas totalmente insoportables. «La perfección llevada al exceso muere de plétora», sentenció Shakespeare. La búsqueda de la perfección absoluta detendría el progreso. El único tipo de perfección asequible y duradera consiste en eliminar todo lo superfluo. Quienes con perspicacia reconocen la limitación de sus facultades, están muy cerca de llegar a la auténtica y genuina perfección. La perfección es una continuada, pulida y recordada colección de¿ errores. Más aún, muchos creen como señaló Witold Gombrowicz, que «la belleza es la (leve) imperfección». Ojalá que nuestro innato anhelo de perfección sea motivo de sonrisa, y que la búsqueda con buen humor se vuelva el motivo perfecto. Mikel Agirregabiria Agirre España y sus contradicciones Parece que vuelve a tomarse en serio unas frases que durante años se repetían con frecuencia. Un día, pregunté a mi maestro: ¿Cómo es que siendo Italia y Alemania más pequeñas que nosotros, que son la tercera en extensión y séptima en población, tienen más habitantes? Contestó: Porque al tener más industria son más ricas. No sé por qué recordé su poderío naval y más tarde supe: Si el Estado se reserva el derecho de acuñar la moneda divisionaria, que no deba de exceder de una o dos monedas por habitante, según sea el metal y aumente la productividad en términos generales, el exceso de uno y la moneda en circulación producirá un mercado selectivo que engorda a miles y empobrece a millones. Observando el mejoramiento económico, los brazos, como tienen dónde ocuparse, están creando riqueza. Y cuando se supones que la moneda en circulación supera con creces el tope correspondiente a cada habitante y el dinero se esconde o vuela al extranjero o «plus» distancias, lo acumulado merma (observo a la vez que la pobreza crece). El presidente del Gobierno ha dado a conocer su intención de conceder la nacionalidad española a los nietos de emigrantes. Que la nacionalidad se adquiera por tal conducto, tiempo de permanencia y otros, no me extraña. Tampoco me sorprende que los que comienzan a nacer ahora recibirán la cantidad de 2500 euros. Pienso que el anterior y el último propósito en el afán de aumentar población sin tener presente el empleo que han de recibir, cuya muestra contradictoria la tenemos palpable en los miles de bien preparados que lo esperan para su ocupación como agua de mayo (que dicen los agricultores). Al nombrar a estos, recuerdo que nuestro modo de vida campesina está en sembrar poco para vender menos y sí, en comprar productos desconocidos de lejanas huertas. Se añade a lo citado: mimamos a toda clase de espectáculos que son el único ingreso floreciente que nutre las arcas del Estado, sin olvidar la industria turística que creó Fraga Iribarne con resultados excelentes, que hizo pensar a los sostenedores como un alivio para sus hijos sin seguro de vejez. Santiago Francisco Benavente (San Andrés del Rabanedo, León) Urbano (Matallana; debate en la edición digital).

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