Diario de León
Publicado por
MANUEL-LUIS CASALDERREY
León

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SON unos impúdicos (no tienen modestia ni recato). Con luz y taquígrafos, los políticos se ponen todos de acuerdo para subirse el sueldo un porcentaje desorbitado y prohibido en otros estamentos de la sociedad, encorsetados por convenios, presupuestos del Estado o la oferta y demanda. No importa el partido en que militen, que sean oposición o gobierno. Da igual. Hay unanimidad a la hora de fijar sus emolumentos. Es una vergüenza y una ignominia para los demás ciudadanos, atosigados con la hipoteca, las vacaciones de verano, los uniformes del próximo curso, o con alimentarse hasta fin de mes. Los funcionarios del Estado o de comunidades autónomas, vemos limitados los incrementos salariales por lo estipulado en los presupuestos. Los salarios sólo pueden subir lo establecido. En este estamento también existen diferencias, casi siempre fruto de la demagogia política, que, a base de complementos varios, marcan desfases salariales sustanciales entre funcionarios de igual rango y categoría, según en la Comunidad en la que trabajen. En el mundo de los interinos de la política, todos se ponen de acuerdo y deciden: hoy cobramos más que ayer, pero mucho menos que mañana, porque mañana pactaremos otra sustanciosa subida salarial. Alguien debería prohibir semejante potestad. El problema es que, los que hacen las leyes son los políticos y no van a tirar piedras contra el propio tejado. Haría falta un poderoso movimiento ciudadano que decidiese no votar a todos los políticos que se suban con desmesura el sueldo y demás prebendas, ofendiendo al resto de los ciudadanos de a pie. Dos ejemplos: diputados de Pontevedra, ganaron casi 2000 euros en sólo una hora y media de reuniones. El alcalde de Mijas tenía un sueldo superior al del presidente del gobierno.

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