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TRIBUNA

La carretera de Vegarada y el turismo en la montaña de León

Publicado por
Carlos Cuesta
León

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La montaña de León es un territorio exuberante y atractivo envuelto en piedra caliza, verde y ríos sosegados de corriente esplendorosa. El cauce fluvial del Curueño, del Porma o del Torío son ejemplos notables del significado medioambiental de ese enclave Sur Cordillera Cantábrica. Y estos días en los entornos de las Encartaciones del Curueño, en las tertulias de los bares y los Campings, los veraneantes, casi todos asturianos, no hablaban de otra cosa que no fuera el tiempo climático, por lo frío del ambiente, y referencias a la construcción de la carretera que comunica el Puerto de Vegarada con Asturias. Todos los contertulios han demandado que se agilicen los trámites para llevar a efecto esa infraestructura viaria. Sólo faltan unos diez kilómetros para completar ese enlace con la zona asturiana de Ríoaller. De momento, una pequeña pista agroganadera sirve de comunicación a los vecinos de estos contornos montañeses. La puesta en marcha de esa vía sería un paso importante para unir dos enclaves hermanos de León y Asturias a través de las agrestes hoces del Curueño o del concejo de Aller. Para el propietario del Camping de Montuerto, Ildefonso Sierra, «Sines», «la comunicación con la región vecina es fundamental para nosotros, los habitantes de estos contornos de la montaña leonesa. Sería una manera de acercar negocios, voluntades y amistad. Y el turismo se beneficiaría muchísimo ya que muchos asturianos aprovecharían esa vía tan próxima al Puerto de San Isidro. Significaría un notable revulsivo de intenciones económicas». Lo cierto es que estos espacios del septentrión leonés cada vez tienen más interés para el visitante. Sus recursos naturales, la contundente y sabrosa gastronomía, junto con el patrimonio monumental y artístico, convierten a estos lugares en destinos turísticos de altura. Ahora bien, todavía faltan muchos servicios para dotar a este territorio de una infraestructura turística idónea. Más señalizaciones, mejores carreteras, formación en la escasa hostelería y más orientaciones para que el forastero se sienta como en casa. En este sentido, una de los centros rurales con más predicamento de la zona como es «El Canto del Gallo» en Ranedo de Curueño, sus nuevos propietarios, los madrileños José Luis y Nati, se encargan de marcar las rutas y los destinos de interés a los huéspedes como si de una oficina de turismo se tratara. Lo he comprobado directamente y me ha parecido, una manera sencilla pero práctica, el acercar León, en todas sus vertientes, a los animosos turistas. La actual presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco que en su discurso de toma de posesión anunció una revolución en el campo del turismo, tiene en esos empresarios emprendedores todo un valor en alza. Y hablando de la montaña leonesa hay que mencionar a esos pueblos pegados a las aristas de las cumbres como Valdorria, Correcillas o Ligueros. Estupendos rincones para conocer el primigenio León, esos enclaves con sabor añejo y preñados de historia, tradición y leyendas. Siguiendo la ruta del Porma: Y si nos desplazamos hacia el otro valle, el del Porma, la belleza y la geografía abrupta mantienen la identidad de lo que significa esa parte del norte leonés rayando con las Asturias de Oviedo. Otra vez la montaña cargada de sensaciones y belleza espiritual. Y Puebla de Lillo, capital de esa comarca del alto Porma, es una atractiva población que va poco a poco ganando la modernidad. Y tiene en el turismo una actividad económica de interés. Rutas de senderismo y deportes de invierno en los Puertos de San Isidro, Las Señales y Tarna, conforman un abanico notable para los amantes de esas disciplinas. Al pertenecer al Parque Regional de los Picos de Europa, Puebla de Lillo cuenta con uno de los centros de interpretación de ese espacio natural. En la torre medieval y en un edificio próximo, el viajero conocerá de primera mano lo que representa el paisaje y paisanaje de este entorno, junto con la historia pasada y presente, la etnografía y la naturaleza feroz de una comarca sujeta a la cordillera. Las guías realizan un trabajo impecable de promoción, como debe ser¿ En Lillo sigue oliendo a madera quemada, a bruma, a brezo y a río. Sensaciones que guardo desde niño cuando acudía con mi padre a recorrer los intrincados recovecos del Pinar de Lillo o del Pico Susarón. La industria agroalimentaria sigue presente con productos que rayan la excelencia. El pan, los embutidos, la miel y la dulcería, son referentes gastronómicos de enjundia que, esta zona en particular y León en general, deben promocionar con más ahínco. La calidad está más que contrastada.

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