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Publicado por
MARÍA DOLORES ROJO LÓPEZ
León

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EL ACONTECIMIENTO literario más relevante de nuestro momento es la aparición de cada nuevo libro en la saga Potter. El fenómeno multitudinario que provoca la continuación de la historia o en este caso, su final nos lleva a preguntarnos sobre la capacidad inmensa y nunca concluida del ser humano por lo mágico. No puede responder a la casualidad el asombro profundo, la intriga activa y la vivencia extrema de la historia por parte de una juventud que ha crecido a la par que el protagonista de la historia. Potter representa la ansiada y nunca satisfecha conquista de ese universo invisible que intuimos dentro de éste y sobre todo simboliza la posibilidad de entrar en un mundo paralelo en el que se encuentra dotado con la frenética capacidad de superar el misterio en contra del mal. Los libros, vendidos en más de 200 países, traducidos a más de 60 idiomas ( desde el gujarati de la India hasta el antiguo griego), cubren todos los records de ventas conocidos en la historia de la literatura. La editorial estadounidense Scholastic realizó del 6º libro una primera edición de 10,8 millones de ejemplares de los que se vendieron en las primeras 24 horas alrededor de 6,9 millones de copias, es decir, más o menos 250.000 copias por hora. El crecimiento en las ventas y en la rapidez con que se adquieren los ejemplares ha ido en aumento con cada nueva entrega. Acabamos de asistir a finales de julio, a la presentación y puesta en circulación del último libro cuya aceleración de vértigo ( en 24 horas se vendieron 8,3 millones de ejemplares en EE.UU. y 2,6 millones en el mercado británico) representa la avidez con que los jóvenes seguidores del joven mago Potter esperaban el final de esta historia que tanto les va a costar dar por terminada. El desenvolvimiento de la historia narrada no se aleja del esquema clásico de los cuentos tradicionales con los que todos nos hemos dormido cuando éramos pequeños. La magia, el encantamiento, los poderes sobrenaturales, la presencia de gigantes, escobas, conjuros, sueños en clave, marcas tenebrosas, luchas, fracasos y victorias que se balancean entre el bien y el mal como pugna de fuerzas dificultosamente resueltas han conseguido que los niños vuelvan a disfrutar con la posibilidad de encarnar la fantasía y sentarla en su mesa. Parece sin embargo asombroso cuando menos, que una historia semejante abrazada en la infancia de nuestros hijos no les haya abandonado en su adolescencia y es que esta misma evoluciona a la par de la cronología de los pequeños que comenzaron a revolver varitas en el aire repitiendo las palabras mágicas de cada encantamiento que aprendían en los libros, veían en las películas o practicaban en los videojuegos. Nos encontramos pues con una historia que evoluciona desde la ternura infantil que rodea a un inocente y desvalido niño sin padres cuyas cualidades de mago le serán descubiertas por una lechuza que le anuncia su ingreso en un colegio de magia por ser tal, hasta la complicada y espeluznante trama que sigue en complicación ascendente donde la propia narración adquiere tintes adultos en los que no se evitan traiciones, maldades, cementerios, almas errantes, conjuros mortales, caídas y regresos del otro mundo, sangre y muerte sin reparo. JK Rowling ha sabido encaminar muy bien su personaje hacia un mundo de magia adulta que ni siquiera a los mayores no es indiferente. Sin embargo, no faltan tampoco las bondades del relato. En numerosas ocasiones la trama está al servicio de la enseñanza más bondadosa. Los mensajes sobre la victoria de la verdad, la justicia, el honor y la fuerza del cariño son los verdaderos triunfadores. Y sobre todo en esta última entrega. La resolución de la historia se concreta en un solo valor poseído con fuerza por Potter frente a la maldad de Voldemor: el poder de la amistad y el amor, únicos baluartes para despeñar el mal por las simas de la soledad de quien no puede ni podrá sentirlos nunca y conseguir con ello el restablecimiento de un orden natural instalado en la vida de los magos como si fuesen muggles (simples mortales). Tampoco podemos evitar lanzar una alabanza a favor de Rowling por haber conectado de nuevo a los pequeños y jóvenes con la lectura. La fantasía convertida en escenario de unas películas que intentan superar el viejo dilema de recrear lo imaginado vuelve a colocar al héroe libresco como protagonista del celuloide para límite de la ensoñación de los lectores. Es frecuente escuchar en los pasillos del cine debates entre los jóvenes lectores sobre la amplitud del libro frente a la demarcación del film, la caracterización de cada personaje, el tratamiento de cada pasaje o simplemente el acierto del conjunto. La estrategia con la que se trata el marketing de ventas de los productos Potter nos permite, de igual modo, un análisis detenido. Como en otros casos sucede, no se trata solamente de lanzar al mercado una serie de libros concatenados, sino que junto a ellos, se lanza toda clase de artefactos propios del contenido de los libros tales como varitas, escobas, sombreros, corbatas, capas, insignias de cada casa dentro del colegio, etc¿y como no, carpetas, lápices, mochilas, vasos, sábanas y todo utillaje doméstico capaz de ser estampado. No es extraño que así sea ya que hemos visto estrategias semejantes en el lanzamiento de otros héroes de comics o películas ( Aladin, Shrek, spiderman, batman, etc¿). Pero posiblemente donde esté la mayor destreza comercial sea en el encabalgamiento que los libros tienen en relación con las películas que deberían seguirles. La falta de una correlatividad debida al adelanto de la parte literaria sobre la cinematográfica genera un continuo retroceso en la historia que mantiene superpuesto el interés de los adictos a Potter. Capaces y deseosos de adelantar los nuevos acontecimientos sucedidos en Hogwarts son los perfectos compradores de cada nueva entrega en las librerías sin aminorar, por ello, la insaciable curiosidad de ver reflejada en la gran pantalla la historia que precede en dos entregas a cada libro. Un interés muy bien mantenido por la productora que no deja de hacer mágicos los ingresos económicos no sólo para la autora de la historia, sino también para todos los que están alrededor de este mercado sin igual. Pero lo que debe importarnos a los padres no es el despliegue económico que ha generado este acontecimiento, al que estamos acostumbrados por otra parte en un mundo consumista como el nuestro, sino el mensaje que desde el comienzo de la misma historia JK Rowling quiere transmitir como hilo conductor del triunfo de las fuerzas del bien encarnadas en una magia compatible con el mundo de los mortales. La amistad es en último término lo que da valor a la supervivencia de cada uno y lo que genera en el interior la capacidad infinita de amar como única posibilidad de superar el mal en toda su dimensión aunque las mayores fuerzas le asistan. Si cala este mensaje en nuestros jóvenes podemos considerar su obra como excelente.

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