AVE DE PASO
Normalidad absoluta
PIENSO en la concurrida petición de dimisión de la ministra de Fomento por lo de Cataluña y soy incapaz de razonar nada coherente. Puede que haya perdido mi capacidad de raciocinio, y de ser así espero que sea transitorio, o puede que razonar en este caso fuera una pieza más para aumentar la red de despropósitos inútiles que sirven para desternillarse de risa y bendecir con ello esa isla de famosos en que algunos convierten el Parlamento cuando no en pura anatomía de hechos paranormales. Mientras trato de no pensar veo una foto en los periódicos donde unos turistas tratan de no romperse la crisma andando por el túnel por dónde debiera transitar un funicular de Barcelona pero que ha quedado colgado por uno u otro (más) cruce o descruce eléctrico, justo el mismo día en que los trenes de cercanías se han visto cercados por su ración diaria de desenchufes y la estación de Francia, por donde entran los internacionales, ha logrado su primer cruce de cables de repercusión europea. Con tanta normalidad absoluta decido tomarme unos días de vacaciones dándose la casualidad que voy a parar a poquísimos quilómetros de dónde pasará sus últimos días de descanso el Presidente del Gobierno, el señor Rodriguez Zapatero. Esta información que me suministra el periódico me resulta de gran utilidad lo que podría resultar, valga la redundancia como dicen ahora, de gran utilidad para el mismísimo presidente. Porque, estando tan cerca, (estoy en Mondoñedo señor ZP, una ciudad milenaria y hermosa) no me costaría nada acercarme -con permiso de su séquito-por si le hiciera falta que alguien que sabe, como es mi caso, de qué trata el tinglado de la identidad catalana, la desestructuración de sus infraestructuras, cómo se la va a jugar a usted y a los suyos, CIU, las venganzas histórico/histéricas de los independentistas y algo más, le informara y le razonara sobre el qué, cómo y cuándo de la normalidad absoluta en la que vive Cataluña tras librarse del oasis en el que erigió duraderas farsas nacionales. Soy de fiar y por el precio no se preocupe: llegaríamos a un acuerdo. Seguro.