La policía no cree en milagros

LA OBRA ROMANA de Peregrinajes (ORP), que funciona como agencia de viajes del Vaticano, ha comenzado a ofrecer (y organizar) viajes hacia lugares tradicionales de peregrinación, pero los primeros clientes que han viajado a Lourdes se han llevado una desagradable sorpresa: los peregrinos vieron cómo a la vuelta de su viaje a la conocida localidad francesa las autoridades confiscaron el agua bendita que habían adquirido en el lugar en virtud de las normas de transporte de líquidos en cabina, según ha publicado la prensa italiana. La reputación milagrosa del agua del santuario mariano francés no impresionó a los agentes de seguridad del aeropuerto de Tarbes, que no tuvieron piedad y se quedaron con todos los envases de más de 100 mililitros de líquido, tal y como manda la normativa europea antiterrorista. Uno de los pasajeros prefirió beberse todo el contenido de su preciada botella antes que abandonarla en la aduana. Todo esto tiene un sabor kitch, un tanto anacrónico y antiguo, dicho sea con todo el respeto a quienes, en uso de su derecho a la magia, todavía creen en los milagros.