Diario de León

TRIBUNA

Leonesismo y bercianismo

Publicado por
MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ GONZÁLEZ
León

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BERCIANISMO y leonesismo no sólo no son conceptos contrapuestos, sino que son necesariamente complementarios. Por una parte el leonesismo no puede obviar que El Bierzo constituye una región geográfica íntimamente sentida por sus habitantes que constituye la esencia de la identidad berciana y que no es una comarca más. Lo evidencia su peso geográfico, demográfico, económico e industrial. Una evidencia histórica de esta singularidad, una forma de demostrar la necesidad actual de mayor autonomía administrativa, puede verse que en la configuración, desde el siglo XIX y hasta finales del XVIII de la provincia representada en las Cortes por la ciudad de León e integrada por el Partido de Ponferrada (conocido como «provincia del Vierzo»), el de León y de Oviedo. Por otra parte, el bercianismo no puede soslayar que el marco histórico y cultural en el que se desarrolla El Bierzo se corresponde con el territorio comprendido (en líneas generales) entre la Cordillera Cantábrica, la Sierra del Caurel, el Cea, el Esla y el Duero, extendido de forma más amplia hasta el Mar Cantábrico y hasta el Océano Atlántico. La configuración administrativa romana (El Convento Astur y la provincia de Gallaecia) tuvo una notable trascendencia en la conformación política, administrativa, social y cultural de los siglos siguientes puesta de manifiesto, por ejemplo, en la definición de un territorio propiamente leonés diferenciado de Asturias, Galicia, Extremadura y Campos (y Castilla) en el reino de León en el S. XII, o en el territorio con competencias Instituciones propias del Reino de León a lo largo del Antiguo Régimen. En lo cultural, y para no extenderme, les remito a trabajos como El Bierzo, de José Luis Alonso Ponga, o Qué es la cultura leonesa, de Javier Callado. En definitiva: El Bierzo constituye una región natural, fundamento de la identidad berciana y León una región histórica, imprescindible para comprender la formación de España, y componente inevitable de su puzzle territorial que desde hace siglos En Ponferrada es significativo un rechazo (no me atrevería a decir que generalizado) a León, identificado éste como un páramo con casas de teja que se deja atrás cuando se supera el Manzanal y en el que se enclava una ciudad opresora, que arrebata al Bierzo los recursos e inversiones que le corresponden, a la que hay que desplazarse para realizar cualquier gestión administrativa y en la que tratan a los bercianos como pueblerinos. Un viaje por las comarcas leonesas más allá del tramo de carretera León-Ponferrada y la evidencia de que la Delegación de Tráfico corresponde al Ministerio del Interior y no a la ciudad de León debería bastar para rebatir este concepto falso, pero que ya forma parte de su imaginario colectivo, en mi opinión principalmente debido a que desde hace mucho tiempo no se ha fomentado (o se ha impedido) la explicación del significado histórico y cultural de lo asturleonés. Por todo ello no es de extrañar, que cuando aquí se plantea la cuestión de la autonomía leonesa, una respuesta que más pronto o más tarde surge es la de que «si León se separa de Castilla, entonces El Bierzo se separa de León». Es esto, por ejemplo, lo que declaró en prensa el pasado 6 de agosto el actual presidente del Consejo Comarcal. Sin embargo, este planteamiento parte de un error. El objetivo de la reivindicación autonómica leonesa no es separar León de Castilla sino acceder a la comunidad autónoma que legítimamente corresponde a la región leonesa de acuerdo al artículo 2 de la Constitución Española. Sin embargo, ¿cuál es el objetivo en cuanto a la organización territorial del Bierzo? ¿Separarse sin más? Ningún sector de población, ningún partido político defiende una comunidad autónoma berciana porque nadie apuesta por una autonomía de 120.000 paisanos. La fórmula por las que se apuesta es potenciar el actual Consejo Comarcal, que sea dotado con más competencias, pero que ha de estar necesariamente contenido en una comunidad autónoma. Evidentemente, ambas reivindicaciones no tienen intereses contrapuestos sino que podrían potenciarse muchísimo más si buscaran puntos comunes. Al fin y al cabo son dos mil años de historia y cultura común. Una autonomía leonesa no requiere, como parece pensar Ángel Escuredo del MASS, modificar la Constitución. Al contrario, se justifica por la rigurosa aplicación de la Carta Magna. Más atinado, bajo mi punto de vista, está el PSOE berciano. Pedro Fernández, alcalde de Villadecanes-Toral de los Vados, declaraba en prensa el pasado 29 de julio que «mi alegría sería poder pertenecer al País Leonés. [¿] Sería idóneo que la Comarca del Bierzo pudiese desempeñar una administración como la que lleva a cabo la Diputación. Veríamos un desarrollo mucho más rápido y sentiríamos una Autonomía más nuestra. Estamos ubicados en Castilla y León pero creo que nuestro sentimiento no es castellano; nuestra idiosincrasia no tiene nada que ver con los castellanos. Y respecto a la 'y' de Castilla y León, hay que decir que se han olvidado de ella y han hecho sólo Castilla, pero ¿León para cuándo?» O Antonio Canedo, secretario comarcal del PSOE y alcalde de Camponaraya, el pasado 20 de junio: «Echando la imaginación a volar, pensar en el papel del Bierzo, como provincia, dentro de una hipotética autonomía leonesa». O José Giménez, concejal de Cacabelos y senador del PSOE, el pasado 28 de julio: «A mi gustaría una comunidad leonesa de dos provincias [...] Creo que el Bierzo se sentiría bien en una región como León».

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