Duro golpe

LA NOTICIA ha golpeado con dureza las expectativas de quienes pensaban que el nacionalismo democrático vasco podía reconducirse al terreno de la concordia, la racionalidad, la convivencia pacífica y la sinceridad frente a la violencia etarra: Josu Jon Imaz anunciaba ayer que no será candidato a la presidencia del PNV. En un escrito enviado a los medios de comunicación, el dirigente atribuía su decisión a «la pluralidad de discursos, la división y la tensión». «No seré candidato a la presidencia del EBB del PNV, para la que fui elegido hace cuatro años», indica en su texto. Su anuncio se conocía un día después de que la Ejecutiva aprobara por unanimidad la ponencia que marcará su estrategia política de cara a los próximos años, en la que apuesta por «recuperar la soberanía nacional» y por avanzar hacia la normalización política mediante «el impulso del derecho a decidir». No se conocen todavía todas las claves de la decisión de Imaz y aun pudiera ser que en la práctica haya cedido el puesto a otro candidato de consenso que mantenga sus posiciones moderadas. De cualquier modo, se trata de una mala noticia, de una grave contrariedad de esta democracia cargada de problemas.