EN POCAS PALABRAS
Oferta y demanda
LAS VIEJAS e inexorables reglas económicas indican que, de quedarse las cosas como están, los alquileres pueden ponerse pronto por las nubes, fuera del alcance de los beneficiarios de los subsidios que se ofrecen. En efecto, el problema no sólo consiste en que, por razones culturales arraigadas -comprar es invertir; alquilar es tirar el dinero-, en buena parte erróneas, existe hoy una baja demanda de viviendas en alquiler: tampoco hay oferta, por la sencilla razón de que el propietario se siente inseguro ante el inquilino, teme que le deteriore impunemente su propiedad y sabe lo complicado que es aquí consumar un desahucio. Estimular la demanda sin preocuparse por fomentar la oferta tendrá inexorablemente el efecto indicado: los precios subirán.