Diario de León

DESDE LA CORTE

A golpes de frivolidad

Publicado por
FERNANDO ÓNEGA
León

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LA BRONCA política alcanzó esta semana un nivel donde se empieza a sentir el vértigo. Los dos mayores partidos de ámbito estatal se han enzarzado con los símbolos y con algo mucho más serio: la Corona. El Partido Popular acusa al gobierno de no querer aplicar la Ley de Banderas, de favorecer a los violentos y de hacer posibles las agresiones a las imágenes de los Reyes por falta de autoridad. El gobierno, a su vez, contraataca y acusa al PP de utilizar los símbolos y al propio Rey Juan Carlos para mantener la crispación en medio de la contienda electoral. Todo esto salió en la última sesión de control del Congreso. Creo que está bien que estos asuntos se lleven al debate parlamentario. Si los periodistas hablamos de ellos, ¿cómo no lo van a hacer los legítimos representantes del pueblo español? Pueden y deben hacerlo, pero con una condición: que lo hagan en serio; no, por favor, de esta forma agresiva, partidista y frívola. Porque estos señores no están usando la bandera para lucirla, sino para arrearle con el mástil al adversario. Y no hacen las referencias al Rey para arroparle frente a los exaltados. Las hacen para echárselas a la cara al contrario político. Utilizan al Rey como un proyectil. Pero vayamos por partes. ¿Qué pasa con las banderas? Que en Euskadi y Cataluña, la española no se luce en los edificios públicos que dice la ley y, encima, a veces la queman. No es un hecho nuevo: ocurre desde hace años, todos los veranos tenemos «guerra de las banderas», y nadie ha conseguido evitarlo. Es posible que hoy se icen menos banderas de España en las dos comunidades. Y es seguro que quien intente corregirlo se encontrará con dificultades quizá insuperables. La honestidad política exigiría que ambos partidos caminasen juntos, tanto en decisiones de autoridad como en la aceptación de esa realidad. Si lo convierten en motivo de gresca o método de captación de votos, no harán otra cosa que agravar un conflicto con el que convivimos prácticamente desde que hay autonomías. Respecto a la Corona, nos podrían hacer un favor los señores diputados: si quieren debatir el apoyo a la Monarquía, háganlo serenamente y con rigor. Es legítimo preguntar al gobierno qué medidas piensa adoptar para evitar algaradas como la de Gerona. Pero no lo es argumentar que la Monarquía se debilita por la connivencia de Zapatero con los nacionalistas o porque no ejerce la autoridad. Habría que preguntarles qué autoridad; si quieren, acaso, sostener la Monarquía por la fuerza, cuando don Juan Carlos ganó limpiamente la mayor adhesión social que ha tenido un jefe de estado en España. Eso es lo que cuenta. Y eso es lo que muchos pedimos a quienes nos representan en el Parlamento español.

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