Amenazas a Irán

PARECE que el proceso de enriquecimiento del uranio en Irán ha alcanzado y superado la fase crítica que conduce al enfrentamiento armado. A pesar de los ofrecimientos que se le han hecho; de las negociaciones con los representantes europeos; de los ultimatums de las Naciones Unidas y de los informes que emite la Agencia Internacional de la Energía, Irán ha continuado dando pasos hacia el nivel que le va a convertir en potencia nuclear en unos años. Los europeos, y mas los mediterráneos, empiezan a sentirse amenazados por la evolución de este proceso que, como acaba de declarar esta semana, Bernard Kouchner, ministro de exteriores francés- como antes lo había hecho Chirac- la situación puede terminar en guerra y por ello la comunidad internacional debiera aceptar el necesario régimen de sanciones establecido por las Naciones Unidas. Es verdad que Pekín y Moscú prefieren continuar con las negociaciones diplomáticas, aunque hasta ahora no dieran resultado alguno. Por eso es significativo que sea Francia quien asuma en Moscú la postura de firmeza internacional para avisar a Irán del peligro que implica esta situación. A pesar de las manifestaciones de los líderes políticos y religiosos iraníes, asegurando que van a continuar con el proceso hasta el final, para el empleo civil de la energía nuclear, las principales potencias han comenzado a tomar medidas preventivas para lo peor. En tal sentido se pueden interpretar algunos signos estratégicos más visibles que confirman la gravedad de la situación. Cuando Estados Unidos tiene concentrados en el Golfo Pérsico varios grupos de portaaviones; cuando el Reino Unido está construyendo varios potentes submarinos nucleares y cuando en Europa se están preparando las bases de defensa antimisil, debemos empezar a suponer que la amenaza potencial de un ataque con misiles a medio o largo plazo, es real. Por eso no debe extrañarnos que el ministro de exteriores francés avise de lo que puede pasar.