TRIBUNA
La solución no es hacer cotos de setas sino «legislar»
EN LA práctica totalidad de los Montes de la comunidad de Castilla y León, las setas vienen presentando, de hecho, un carácter de bien público (excepto en determinadas áreas de Soria, donde se han ensayado «Cotos», con resultados negativos, y en algunos localidades de Burgos y León con diferentes resultados). La solución no es acotar, sino hacer una ley para los hongos, la solución es consensuar, legislar y regular, la recogida, la venta y el consumo de setas. (Aspectos ecológicos, económicos y sanitarios). Las setas pertenecen a sus propietarios, privados y públicos. El Código Civil las considera «frutos» y estos pertenecen al propietario del terreno. Desde siempre en España se han recogido setas, en base a que los propietarios del terreno, y por tanto los dueños de las setas, no se han opuesto a ello, y al denominado «derecho de rebusco» fundamentado en el «ius usus inocuii» proveniente del Derecho Romano, y utilizado, como uso o costumbre, en muchas zonas de nuestro país. Es el derecho de coger frutos, una vez que el dueño, que no se oponga a ello, ya lo haya hecho. Si lo hacemos antes que el propietario, pudiera ser considerado, al menos como hurto. Si el propietario manifiesta claramente que prohibe la recogida de setas, deberá respetarse su deseo, pero para ello, el monte o la finca, estarán señalizados o cerrados y por supuesto, vigilados, porque una de las causas del resultado negativo de los cotos sorianos, es el índice de furtivismo, próximo al 40%. El riesgo de que se terminen las setas, el denominado «colapso biológico» en numerosos montes de Castilla y León, y de la provincia de León especialmente, es real, porque la tasa de extracción (cantidad y calidad) y los métodos y útiles empleados en la recogida de setas no son compatibles con la regeneración natural, porque la «regeneración artificial» que consistiría en que las repoblaciones forestales que realiza la Consejería de Medio Ambiente de la Junta, se hicieran con plantas micorrizadas (asociación de planta y hongo de gran valor comestible) no existe, en el país de los topillos. En parte, el problema del «colapso biológico», de que se terminen las setas, es similar al de los «pezqueñines» y técnicamente se conoce con el nombre de la «tragedia de los recursos comunes» (Hardin 1968). Hay muchos y variados ejemplos de recursos comunes que están siendo cuidados y gestionados de forma ejemplar y sostenible por el colectivo propietario, los Montes del Común, propiedad de los vecinos de un pueblo, han sido durante siglos ejemplos de buen cuidado y gestión. La gestión forestal es compleja, creo que todos, tenemos claro que los Montes son «sistemas biológicos multifuncionales», que no se conciben como meros productores de madera y leña, sino como ecosistemas complejos y de los que demandamos un creciente elenco de bienes y servicios, fijación de CO 2 , paisaje, zonas de recreo, turismo, y setas, a ¿qué espera la Consejería de Medio Ambiente para legislar y para repoblar los Montes con plantas micorrizadas? (suma de planta y Hongo). Se sigue repoblando con pino maderero, se sigue haciendo una gestión forestal anticuada y no se recoge un manejo integrado de las diversas producciones forestales. No se realiza una regeneración artificial referida a Hongos. Se considera a las setas, desde la Consejería de Medio Ambiente, como productos secundarios del bosque, cuando el Kg de Boletos alcanza los 50 euros en el consumidor final, o el Kg de Setas de San Jorge sobrepasa los 200 euros. ¿Qué recurso forestal alcanza estos precios?. Las setas deben valorarse en su justa medida, deben pasar a considerarse productos primarios, como la madera, cuidando de su regeneración natural y de su regeneración artificial, legislando y actuando al respecto. La Consejería de Medio Ambiente debería negociar con la Federación Regional de Municipios y provincias, porque así se lo recomendó el Procurador del Común hace dos años, a instancia de la Asociación Micológica Berciana «Cantharellus». Somos los ciudadanos/as de Castilla y León los que sufragamos los Presupuestos, y en ellos, se incluye la gestión de los espacios públicos, en los cuales además de producirse madera, y de mejorarse el paisaje y el turismo, deben producirse setas, con repoblaciones forestales adecuadas. A diferencia de otras producciones forestales ya controladas (madera, resina) el «negocio» de las setas genera numerosos beneficios que no repercuten en la actualidad, ni en los montes, ni en sus propietarios, ni en los pueblos donde se ubican. Al no haber regulación explícita cualquiera puede recoger setas, venderlas y embolsarse el beneficio. La situación es tal que Montes Públicos están contribuyendo a crear una economía sumergida, porque ninguna fase de la cadena, extracción, venta y consumo de setas está controlada administrativamente. Para más «inri» el polémico Proyecto de Ley de Montes de Castilla y León, no dice ni una palabra de setas. Próximamente saldrá publicado un Real Decreto estatal, sobre aspectos sanitarios de las setas, actualizando algunas cuestiones que datan de 1967, pero esto no es suficiente, la solución está en el tejado de la Junta, en la Consejería de Medio Ambiente, la solución es consensuar, legislar y regular, una ley para los Hongos. Sería descabellado pedir, que todos los compradores (intermediarios) pagarán un 20% del precio al que compran, al Ayuntamiento de donde se extraen las setas, (para que repercutiera en la junta vecinal, correspondiente) dándoles el ayuntamiento a su vez, un recibo, para poder circular hasta la lonja más próxima, que en el caso de la provincia de León, podrían ubicarse una en León capital, otra en la Bañeza y otra en Ponferrada, para su inspección sanitaria (por personal cualificado técnicamente) pagando la correspondiente tasa, y de allí pudieran circular hasta el consumidor final (mercado, restaurante, tienda). El consumidor privado y el autoconsumo podrían hacer inspeccionar las setas recogidas en las lonjas, pagando una tasa, y asegurarían plenamente su inocuidad. En la actualidad, somos las Asociaciones Micológicas y la Universidad los que estamos ayudando a la identificación de setas y al asesoramiento del consumidor privado, realizando gratuita y extraoficialmente, una tarea, no exenta de riesgos y que no nos correspon de, la Inspección de Alimentos.