Social-electoralismo

AL VICEPRESIDENTE Solbes le queda aún dinero para atender alguna demanda social juiciosa, como la defendida ayer por ERC para favorecer a madres solteras en situación económica precaria y a hijos nacidos con serias deficiencias, lo cual podría inclinar aún más al independentismo republicano de Cataluña a dar su voto a favor de los Presupuestos Generales. Porque tras el acuerdo sobre inversiones del Estado en infraestructuras catalanas, toda la franja nacionalista se planteaba ya la renuncia a presentar enmiendas a la totalidad de la Ley presupuestaria. IU/IVC advirtió, sin embargo, que el acuerdo Solbes/ERC de última hora le parecía insuficiente. Gaspar Llamazares, líder de IU, parece decidido a enmendar totalmente las cuentas del Estado como reproche al «populismo» presupuestario del Gobi erno, y no se sabe bien si ese populismo se refiere al destino concreto de algunos gastos sociales o al hecho de decidirlos en el último tramo de la legislatura, con las elecciones a la vista. Sea como sea, desde varios resortes de la oposición se ha empezado a hablar de «social-electoralismo» para definir la inspiración de estos Presupuestos del Estado. Frente a esa acusación, Solbes utiliza la inocencia de las cifras para replicar que dónde ve el PP el despilfarro presupuestario, cuando los gastos sociales no han subido en esta ocasión sino muy parcamente . Los debates en comisión se irán calentando a medida que salgan a escena los puntos más abiertos a las discrepancias, aunque dada la proximidad de las elecciones será difícil que un partido repruebe las inversiones previstas para una autonomía determinada, porque esas actitudes se pagan muy negativamente en las urnas. El Gobierno arranca con el voto asegurado o casi del PNV y del BNGa, y con la esperanza de que ERC e IU/ICV, que forman con el socialismo catalán el gobierno de la Generalitat, acaben por darle su voto favorable. Pero es probable que, ante las elecciones, IU marque distancias con el PSOE para no verse absorbida por ese imán del voto útil, que en la izquierda es el de la opción socialista. El PP no renunciará a hablar de despilfarro ni de que el Gobierno de Zapatero ha vaciado la despensa llena que dejó el último gobierno 'popular', a lo cual Solbes, volviendo del revés la metáfora, replicó asegurando que la despensa del PP no sólo estaba vacía sino que se había pagado la última compra. «A partir de ahí -apostilló- hemos intentado que la despensa se fuera llenando». Y en efecto, parece llena o suficientemente provista de reservas líquidas para hacer frente a una serie de gastos sociales, como pinceladas de atractivo electoral, que despierten al sector más adormecido de la clientela socialista. Solbes aseguraba ayer, como gran brochazo al mural presupuestario, que la economía española ha recuperado «solvencia».