Diario de León
Publicado por
BERNARDINO C. GONZÁLEZ-HALLER
León

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LA SOCIEDAD no puede funcionar satisfactoriamente si los ciudadanos no asumimos que la dignidad está por encima del dinero y que es el fundamento de los derechos y deberes. Se basa en tener respeto a uno mismo y a los demás. Es lamentable que nuestra consciencia pierda la dignidad por dinero. Hasta que la dignidad de las personas no sea lo primero, no podemos presumir de que el sistema occidental es un sistema digno. No hay libertad, solidaridad y seguridad sin el cultivo de la dignidad individual y colectiva. ¿Cómo se puede medir la dignidad? Las personas demuestran su dignidad a través de sus acciones. Si las acciones que realizamos producen beneficios obscenos o daño, estamos demostrando que no tenemos dignidad. La desigualdad social que padecemos es lo más indigno. Por ejemplo, el alcalde de León se puso un sueldo, a costa de los contribuyentes, de 4.514 euros mensuales y la presidenta de la Diputación, 5.870 euros. Además los dos cobran otro gran sueldo a costa de los impositores en Caja España. Mientras la mayoría de las pensiones de los viejos son inferiores a 600 euros y las residencias cuestan más de mil. Cuando personajes como Bush, Blair y Aznar se presentaron en las Azores y dieron una coz a la mayoría de los ciudadanos del mundo que, por dignidad, consideraban que invadir Irak era injusto, inmoral y un desastre para el equilibrio del mundo, demostraron que no tienen dignidad. Ellos sabían que en una guerra muere mucha gente y sufre muchísimo la que queda viva. Los tres sabían que Sadam ni tenía armas de destrucción masiva ni apoyaba el terrorismo del Al Qaeda, todo lo contrario. Hasta Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal, dice que Bush invadió Irak para controlar el petróleo y ganar dinero. El hecho es tan grave, que no se puede olvidar. La consecuencia es que la mayoría vivimos en una sociedad poseída por la indignidad, el miedo, la inseguridad y la pobreza progresiva, fruto de un mundo dirigido por grupos con ambición sin medida. ¿Pero qué valores defendemos si ya no tenemos ni aire puro para respirar, ni ríos ni mares con agua limpia? Ciertamente, el mundo, especialmente Europa, a partir de la década del ochenta, caminaba en la buena dirección, pero a partir de la disolución de la URSS ( 1989) y, sobre todo, con la llegada de Bush al poder, hemos vuelto a vivir amenazados. Necesitamos utilizar la inteligencia para poder analizar por qué nos pasa lo que nos pasa, es decir, investigar la causa. El mismo análisis nos conducirá a la conclusión de que hay que recuperar la dignidad y trabajar sobre la cultura del entendimiento. El Dalai Lama, dice, que para trabajar en dirección de la paz, hay que hablar con Bin Laden. Con el método de la guerra sólo tendremos guerra.

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