En serio

EN VERANO solemos cambiar nuestras rutinas. Es saludable hacerlo, pero hay cosas que no deben cambiarse. Llevo demasiados años intentando concienciar de la necesidad que tiene el ser humano de preservar el entorno, empezando por lo que nos queda más cerca y por tanto es más fácil de realizar. Por eso me enfado cuando compruebo que en verano no reciclamos. Son muchos los lugares de la Península donde todavía no hay recogida selectiva de residuos. Y no estoy hablando de sitios alejados y de poca afluencia, sino incluso de localidades famosas y muy concurridas, en las que es imposible encontrar un contenedor de envases y cuesta muchísimo dar con uno de papel o de vidrio. Cada comunidad autónoma tiene un ritmo y así no hay manera de que en un periodo razonable se logre reducir drásticamente el volumen de residuos por habitante, al tiempo que aumenta el de residuos reciclados. Pero no sirve intentar convencer a la gente para que recicle si cuando llega el verano tiene que tirarlo todo al mismo cubo. Como es cuestión de costumbre, luego habrá que esperar que vuelvan a separar los desechos que las últimas semanas tiró juntos. Claro que tampoco es todo tan malo fuera y tan bueno aquí, porque resulta que en el Punto Limpio que hay detrás de Carrefour puedes tirar envases de productos contaminantes, como barniz, pintura, pegamento, silicona... pero siempre que estén vacíos. Lo curioso es que si tienen barniz o pegamento, aunque estén solidificados, no recogen esos envases. ¿Qué hacemos con ellos? ¿es que contaminan más vacíos que medio llenos y por eso sólo recogen los primeros? ¿es que en el cubo de la basura orgánica no contaminan? Hay que tomarse el reciclado en serio. 1396927554