Sobrinos del tío Hilarión

YA CONOCEMOS las grandes cifras de los Presupuestos de la Comunidad para el próximo año. Ascienden a 10.384 millones de euros, de los cuales 3.268 son para inversión..El presidente Juan Vicente Herrera definió las cuentas para el 2008 como «moderadamente expansivas, coherentes y las más sociales de la historia de la Comunidad». En estos Presupuestos la Junta de Castilla y León suprime el impuesto de donaciones para herencias directas. Bien, supongamos que en estos días en que León huele a morcilla y chorizo cocido, nos visitan algunos extranjeros civilizados. Por ejemplo, provenientes de países con monarquías parlamentarias, como Suecia o Dinamarca, que en los informes reunen la máxima calidad democrática y el mayor nivel de vida de sus habitantes. El danés o el sueco pensarían que el gobierno autonómico renuncia a unos ingresos impositivos porque en Castilla y León vamos «sobrados»: Que ya tenemos cubiertas las necesidades de nuestros chicos en Educación; que no tenemos pendientes importantes obras públicas; que hemos alcanzado el tope del desarrollo rural, y que estamos a la cabeza del mundo mundial en desarrollo tecnológico. Si además se le cuenta al danés o al sueco que pasado mañana los mismos portavoces autonómicos se quejarán de que les faltan fondos a los que ahora renuncian, que se los reclamarán al Gobierno central, y que además le echarán la culpa -pobre tío Pedro Solbes- de la carga impositiva, entonces no hay ninguna duda de que los atónitos escandinavos dirán que tenemos una clase política en las autonomías sacada de una zarzuela, sobrinos todos del tío Hilarión. Y tendrán toda la razón. Mientras, sigamos comulgando con piedras de molino. Otro tema que ha llenado la actualidad de la semana: Finalmente, Juan Vicente Herrera ha decidido echarle una mano a Mario Amilivia y sacarle del purgatorio de portavoz de la oposición municipal. Un puesto para el que ni vale ni estaba preparado. Herrera también libra a Amilivia de las guerras y de las garras del Partido Popular leonés, donde está en absoluta minoría. La presidenta, Isabel Carrasco, pese a que Mario le puso alfombra de terciopelo para acceder a Caja España, no comulga con él, como quedó patente en la confección de la candidatura municipal. No hay duda que el Consejo Consultivo es una estupenda salida para Mario Amilivia. Lo celebro. Ahora bien, eso no debe harcernos olvidar que el tal Consejo es un órgano perfectamente prescindible. Su principal función es la de servir como cementerio de elefantes. O sea, donde se aparcan los ex-cargos. Ya decía Felipe González que los «ex» son como jarrones chinos: estorban en todas partes. El Consejo Consultivo no es el único órgano creado por la Junta para colocar a descolocados. Cada día abundan más estos inventos, lo mismo que los portavoces y viceconsejerías. Los nórdicos, imaginarios turistas en León, tampoco lo entenderían. En esos países los políticos, cuando dejan la actividad pública, vuelven a su vida profesional anterior con toda la naturalidad. Aquí también, aunque s ean la excepción de la regla. La diferencia es que allí no se disfrazan de romanos o medievales.