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León

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Terror morboso ante la enfermedad Todo el mundo está preocupado por la salud y por los profesionales que nos la cuidan. Existe una especie de terror morboso ante la enfermedad y una desconfianza soterrada ante el personal sanitario, especialmente por parte de las personas sanas. En los enfermos, la cosa ya es distinta y suele ir desde la resignación a la esperanza, de la depresión a la desconfianza. La gente espera, básicamente, de los profesionales de la salud, atención, interés, contacto humano, solidaridad, mucho más que milagros o magias. Las salas de espera de las consultas privadas o públicas son un mundo apasionante. En una sociedad que convierte en valor de cambio todo lo que se relaciona con el cuerpo -la belleza, la apariencia, la salud- y que esconde la fealdad, los defectos, la enfermedad, descubrir obsesiones, las esperanzas, desilusiones, las resignaciones de los enfermos, es una lección permanente. En las salas de espera se habla, sobre todo, de medicina y de médicos. Como si fueran coleccionistas, los pacientes de las salas de espera coleccionan síntomas, enfermedades, remedios facultativos. Todos ellos tienen una auténtica obsesión por explicar sus males y, sobre todo, por compartir sus experiencias. Existe toda una patología de enfermos, capaz de ilustrar el sainete más costumbrista: encontramos, en primer lugar, al enfermo desconfiado que no cree en los médicos ni en la medicina pero que ¡ay! acude a ellos, por si acaso. En segundo lugar, encontramos al crédulo, que espera milagros y querría que el médico fuese el brujo de la tribu que le devolviera la salud por arte de magia. En tercer lugar, encontramos al experto, que es aquel enfermo que sabe más medicina que los médicos. Les descubre todos sus defectos y suele explicar sus fracasos más estrepitosos. Es un hábil diagnosticador, que le explica la enfermedad que usted tiene a la primera ojeada. Suele tener, además, conocimientos enciclopédicos de farmacología y no se priva de recetar medicamentos a los contertulios. Hasta el momento, la sociedad piensa que salud equivale a ausencia de enfermedad y que enfermedad quiere decir ausencia de salud. Conceptos como equilibrio, bienestar, calidad de vida se escapan demasiadas veces de las definiciones ortodoxas. Francisco Arias Solís. Jaime Mota (Olleros de Sabero).