Acebes: un pueblo para un hombre

POR MÁS que trato de encontrar un perfil adecuado para Ángel Jesús Acebes Paniagua, las dificultades se multiplican y se hacen lo suficientemente sólidas como para colocar verdaderas murallas entre la persona y la realidad. Vayamos por partes y recordemos que el mencionado nació en Ávila, el 3 de julio de 1958; como tanta otra gente, se licenció en Derecho y, más o menos, ejerció la profesión de abogado. Más adelante, Ángel J. Acebes Paniagua, escaló diversos escalafones en el PP. De ahí que se le ha visto en varios cargos provinciales, desempeñando la cartera de Administraciones Públicas, la de Justicia y, para remate, la de Interior que le hizo célebre después de la tragedia del 11-M. Fue, en el apogeo de AznarLópez, «una copia con perfiles propios de Aznar». No es este el día adecuado para juzgar a Acebes Paniagua. De mayor interés resulta destacar la existencia de una singular pedanía en el Páramo Leonés. Acebes del Páramo, con 331 habitantes, altitud de 835 metros sobre el nivel del mar y de la que las descripciones difundidas en una página web dicen «perdura la desidia en el 2007...». Las mismas fuentes nos dicen que goza de un alcalde probo y estimado que se llama Faustino Sutil Honrado¿ No está mal la sutileza y la honradez en estos tiempos que corren. En cualquier momento los conocedores del terreno aducirán la existencia, en torno a Acebes del Páramo, de una corona de otros pueblos también dominados por esta referencia sin ambages que es el «Páramo». Para mí, esta referencia territorial que evoca a un yermo enlaza con Ángel J. Acebes Paniagua. Y se trata del comentario todavía vivo de lo que ocurrió en España cuando, desde Interior, Acebes Paniagua, irrumpió en las pantallas atemorizadas de la televisión, explicando -sin el menor atisbo de duda- que la autoría de la carnicería de los trenes correspondía a ETA, no dejando que las personas honestas pudieran hacer el menor caso a lo que había dicho el terrorista Otegui. Poco a poco, fue quedando claro, sin lugar a dudas, que el señor Acebes Paniagua había mentido como un bellaco. Personas de grandísima fe apuntaban que «Acebes no mintió el 11-M, le engañaron». ¡Menuda explicación!. La única fuente capaz de engañarle era el presidente Aznar López, que se cansó de recibir al ministro y de inocularle el veneno, ¿ si es que veneno hubo. Finalmente, quiero referirme a un comentario de un amigo, Paul Preston. Discutiendo juntos sobre la serenidad que había mostrado Londres en la «Semana del Terror», versus la inquietud que había mostrado Madrid, Paul Preston me dijo: «piensa dónde habría ido a parar la serenidad del 'Acebes inglés' si hubiera abusado de la televisión para decir que la principal pista de la autoría de los atentados apuntaba al I.R.A». Sin palabras.