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Publicado por
FABIÁN ESTAPÉ
León

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DESDE QUE SONÓ la campana que advierte de la inminencia de las elecciones generales -dicen los enterados que será para el 2 de marzo- no dejan de removerse tanto los profesionales como los amateurs de esas contiendas. Ha habido todo un campeonato de apuestas tanto en uno como en otro lado. En el caso del PP, los nombres y pronombres han ido emanando de entre la gente más cercana a su líder, don Mariano Rajoy Brey; algo loable si se tiene en cuenta que, según mantienen algunos pensadores británicos, «la proximidad es un aliciente para la familiaridad». Tal vez sea así y esto explica, al menos en mi opinión, que la publicación de las primeras listas de «auxiliares de candidatura oficial» del PP, no hayan provocado efectos dignos más que de misericordia. Vean sino el nombre y pronombre del primero de estos auxiliares: Pío García Escudero, nacido en Madrid -como es de recibo-, fue -con los debidos esfuerzos- arquitecto y, al día de la fecha, consta que su especialidad es la «sanación de edificios en estado pachucho»¿ pero, lo que también se sabe es que don Pío García Escudero fue compañero de pupitre, en el ínclito colegio del Pilar, de un tal José María Aznar López. Ustedes me dirán que las mismas circunstancias concurrieron en Juan Villalonga Navarro que subió antes y más rápido a la cumbre al ser nombrado, sin más, por Aznar López, como presidente de la primera empresa española, es decir, Telefónica. Por lo visto, sus apoyos de pupitre fueron superiores y más familiares a los de don Pío, confinado, hasta este momento, en la tarea de rehabilitación de edificios devastados. Aunque entre el elenco de los auxiliares de Mariano Rajoy nos hemos detenido a comentar la elección de Pío García Escudero como mero elemento pintoresco en el juego del Palé, no podemos pasar por alto otra supuesta designación directa al estrellato; nos referimos al ex mMinistro Juan Costa, quien desempeñó -con discretos resultados- la cartera de Ciencia y Tecnología. En la carrera de Juan Costa (perpetuamente tostado por el sol mediterráneo) descubrimos actividades siempre útiles; a saber, la liquidación de impuestos en el seno de Allyn & Young. Parece ser que el joven Juan adquirió aquí el bagaje y las armas suficientes que le llevaron a codearse con el conspicuo Rodrigo Rato (entonces director gerente del Fondo Monetario Internacional) y de ahí con el resto de los ex alumnos del Pilar, lo que le catapultó hacia la cartera ministerial. Las estrechas relaciones que sigue manteniendo con Rodrigo Rato han dado lugar a que las malas lenguas vean en su designación como segundo auxiliar de Rajoy una inevitable, pero altruista, contribución de Rodrigo Rato al funcionamiento de la política española. Aunque si las elecciones generales de marzo de 2008 terminan con una mínima, pero suficiente, victoria para Zapatero -al estilo de las del 2004- todo lo anterior ha de conservarse hasta el 2012; que casos como éste se han dado en los que el caballo supuestamente ganador, escarba con las pezuñas. Como comentario final diré que ninguno de ellos, ni Mariano ni Rodrigo, ni Pío ni Juan, cuentan con nadie de Castilla y León. Pero de ello nos ocuparemos otro día.