La UPL, en la encrucijada

CONTINÚA la crisis en la UPL (Unión del Pueblo Leonés). No se ha sacudido de la misma desde la escisión de Astorga. Soltó el lastre de su fundador, José María Rodríguez de Francisco, al que, además, borraron los electores del mapa en las pasadas elecciones municipales. Ahora los leonesistas están en vísperas de su congreso extraordinario. Y lo peor de todo es que en lugar de debatir los problemas políticos de definición, por ejemplo: ¿Qué es León?, para la que existen varias respuestas, o cuál es su estrategia para alcanzar la autonomía, o cuál debe ser su relación con la Junta de Castilla y León; en lugar, digo, de discutir eso, parecen concentrados en el personalismo de ver quién es el próximo secretario general y quiénes los próximos dirigentes. Eso sólo les puede llevar a profundizar en la actual crisis. Porque es evidente que la UPL tiene un espacio político, más o menos consolidado, y un importante número de votos. Pero también es evidente la evolución de Joaquín Otero. No se presentará a la reelección. Ha sido engullido por la Junta de Castilla y León, al igual que otros alcaldes y concejales leonesistas lo fueran antes, fichando por el Partido Popular. Por ese ramal no se consigue una alternativa de futuro. Tampoco lo es el núcleo radical y de imitación que representa Abel Pardo. La UPL se encuentra en la encrucijada de cara al próximo congreso exrtraordinario. Tendrá que resolverla pensando en León y en sus electores antes que en los intereses personales de sus dirigentes. De aquí a la cita congresual ya analizaré en profundidad qué se cuece en la olla leonesista. De momento, sus aguas están hirviendo. Otro tema que deseo vocear de nuevo desde este balcón: la línea de alta tensión Lada-Velilla. Lleva gastados ríos de tinta. Y lo que te rondaré. Mantiene en alerta máxima a los municipios leoneses afectados y a la Diputación Provincial. Hace más de año y medio que escribí que Red Eléctrica Española (REE) cometía error tras error enviando a unos técnicos para hablar con los alcaldes y que sólo conseguían agravar los problemas. Ni siquiera definían los corredores por donde discurriría la línea. Lo mismo sucede con el gobierno del Principado de Asturias, que es el verdadero interesado y promotor del proyecto. Quiere la salida a sus actuales excedentes de energía y seguir suministrando, todavía más, su energía eléctrica al resto de España con los nuevos proyectos de centrales de gas que tiene previstas como complemento a una planta regasificadora en puerto. Quizá la primera lección que debe aprender el ejecutivo del Principado de Asturias con respecto a León es de este tenor: De nada vale ponerse de acuerdo con la Junta de Castilla y León y reunirse ambos presidentes autonómicos, Areces y Herrera, si los ayuntamientos afectados y la Diputación de León se oponen frontalmente al proyecto. En resumen: en Oviedo tienen que comprender que pasar por León obliga a dialogar y a convencer antes aquí que en Valladolid. O sea, justo lo contrario de lo que han venido haciendo hasta ahora.