CANTO RODADO
Armunia
NOS gustaría creer al concejal Abel Pardo cuando dice que envía las clases de dulzaina a Armunia para descentralizar la labor que irradia la Escuela de Música Tradicional en la capital. Lo cierto es que el destino de los dulzaineros, fuera de las declaraciones oficiales, se identifica más con una plaza de destierro que con el susodicho espíritu descentralizador. En todo caso, bienvenida sea la dulzaina a Armunia y todo los instrumentos tradicionales que quiera el concejal. Armunia es uno de los cinco núcleos de la provincia en la franja de 5.000 a 10.000 habitantes, junto a Navatejera, Bembibre, Flores del Sil (Ponferrada) y Villablino. Y no tiene, ni por asomo, los servicios con que cuentan estas localidades. Bien es cierto que está más cerca de los 5.000 que de los diez mil habitantes. Pero no tan lejos de la próspera Navatejera, que suma casi siete mil habitantes y no deja de presentar innovadores servicios a la vecindad, seguramente más joven que la de la pedanía del sur. Armunia, que fue ayuntamiento hasta los años 70, ha sido una de las «personalidades» más generosas con León: donó el terreno para la fábrica de antibióticos, para los colegios e institutos públicos y privados y para la mayor concentración de viviendas sociales que jamás se ha hecho en León... Por último, le tocó sacrificar la era y parte del Jano para el Parque Tecnológico. Y ¿qué ha recibido a cambio? Una política a medio camino entre el paternalismo complaciente y el olvido cómplice. Nunca se ha abordado la cohesión entre el viejo y el nuevo núcleo; se han ignorado la integración-no integración de la comunidad gitana... Se ha practicado el laissez faire, laissez passer . Francisco Fernández tiene un compromiso ineludible con Armunia y no debería dejar pasar la oportunidad de este mandato. Bienvenido sea, por ahora, el centro social para la Junta Vecinal (¡ya era hora!; pero son muchas las necesidades. Necesita un plan de actuación integral que contemple obras, servicios y actividades sociales y culturales para todos los públicos. El suroeste también existe.