Diario de León

TRIBUNA

El Sur, aquí en León, también existe

Publicado por
RICARDO E. TIRADOS BLANCO
León

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HACE tan sólo unos días que la flamante presidenta de la Diputación, Isabel Carrasco, acompañada de algunos diputados comenzaba su periplo de visitas institucionales por la provincia recorriendo el sur geográfico de León. Allí, tal y como nos contaron los medios de comunicación, fueron recibidos con grandes expectativas por alcaldes, concejales y vecinos y tuvieron, la presidenta y los diputados, buena ocasión para conocer de primera mano las necesidades e inquietudes de esta apartada zona leonesa tan injustamente olvidada desde hace años. Isabel Carrasco, así me consta, recorrió a pie calles y plazas de Gordoncillo, Fuentes de Carbajal, Campazas y Valderas, comprobando la situación real de estos cuatro ayuntamientos. En su recorrido la presidenta y su séquito no dejarían de comprobar, estoy seguro, el mal estado de las carreteras de la zona (sobre todo la LE-512 que une Valencia de Don Juan con Valderas). Se les informaría sobre la situación de una concentración parcelaria que en Valderas no termina nunca y también sobre la prometida presa de «La Semillana» que de llevarse a cabo tendría indudables bondades ecológicas además de poder ser utilizada para el riego, pero de la que sólo se habla mucho cuando hay elecciones cerca. Les mostrarían también, pienso yo, unos servicios públicos educativos y sanitarios deficientes o muy mejorables y constatarían por sí mismos, sin duda, el estado de ruina y abandono que sufre un rico patrimonio histórico que está, en muchos de los casos, literalmente por los suelos. Hasta aquí todos satisfechos y agradecidos con la visita. Esta vez la presidenta de la primera institución provincial, administradora de importantes recursos económicos y encargada de la tutela de nuestros ayuntamientos y de velar por el bienestar de nuestros pueblos ha tenido el acierto y la deferencia de fijarse en el sur y comenzar sus contactos provinciales por una de las zonas objetivamente con más necesidades y paradójicamente más olvidadas de León. A partir de ahora a esperar todos que lleguen de verdad las ayudas solicitadas y las prometidas actuaciones concretas. Tenemos demostrada paciencia y en esta ocasión fe redoblada porque todo parece indicar que ahora puede que sí..., que esta vez va la vencida. Si tomamos Valderas como mejor ejemplo y como municipio de referencia en toda esa zona sur-leonesa las necesidades y las carencias son, como se ha dicho, muy notables, con deficientes infraestructuras y con servicios públicos de escasa calidad. Pero, permítame esta vez que de entre las muchas demandas me refiera con especial acento y preocupación a nuestro deteriorado patrimonio histórico, monumental, artístico y cultural, porque en este caso se trata de solicitar unas actuaciones concretas que no pueden esperar más. Actuaciones tan urgentes que en algunos casos y de no llevarse a cabo en un corto espacio de tiempo supondrá la pérdida irreparable de piezas importantes de nuestro reconocido y rico patrimonio histórico que también lo es de todos los leoneses y leonesas. No les exagero si les digo que en Valderas tenemos dos puertas mudéjares del siglo XIV, construidas cuando reinaba Juan I, correspondientes a la cerca medieval de la villa (el Arco de las Arrejas y la Puerta de Santiago) que piden a gritos una urgente restauración. Que los dos torreones y los lienzos de muralla del castillo del siglo XII mandado construir por el rey de León Fernando II para dominar la vega del Cea se mantienen decrépitos pero todavía milagrosamente en pie, haciendo, eso sí, verdaderos equilibrios para no derrumbarse definitivamente sobre el Cea por falta de una actuación restauradora que nunca llega. Que el Palacio de los Marqueses de Janillo del siglo XVIII, de estilo entre renacentista y barroco, está que da pena por dentro y por fuera. Que la antigua Casa Consistorial de la Plaza Mayor, esta vez de estilo herreriano, se mantiene heroicamente en pie pero en condiciones deplorables de conservación. Que el Hospital de la Caridad del siglo XV, ídem. Que el, en otro tiempo, espléndido órgano barroco de Santa María, ídem de ídem. Además no hay espacio ni subvenciones concedidas para exponer al público los fondos del Museo Etnográfico reunido con el esfuerzo de un grupo de vecinos, ni se dispone de locales adecuados para el Museo Parroquial que contiene piezas tan importantes como El Cristo yacente de Gregorio Fernández. Termino aquí la relación porque no pretendo ser exhaustivo ni, mucho menos, cansar demasiado al lector, pero podría continuar. Justo es reconocer que algunas cosas si se han hecho y se han hecho muy bien. Gracias a La Junta y a los desvelos de don Virgilio Riega, nuestro párroco emérito, se ha podido restaurar la espléndida iglesia de San Juan del siglo XVI. Con las ayudas de la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León, y justo es reconocerlo, los buenos oficios y el interés de José M.ª Coyantes se ha restaurado recientemnete el retablo mayor de Santa María del Azogue, renacentista de la primera mitad del siglo XVI, que ha recobrado así su primitivo esplendor. La iglesia de San Claudio se restauró también hace pocos años con las aportaciones de muchos particulares y otros particulares son también los que han recuperado de forma espléndida el Casón de Ganancias en el centro del Paseo Viejo, pero son tantas y tantas necesidades y tantos los deterioros acumulados... Dónde están las políticas de futuro y las inversiones para el reasentamiento de población en nuestros pueblos a las que se refieren tan a menudo nuestros políticos. Dónde está la sensiblidad por la cultura y por el patrimonio de nuestras autoridades... Valderas, como otros muchos pueblos del sur de León donde la población y los recursos económicos propios se han visto reducidos drásticamente en el último medio siglo, poseen todavía un rico patrimonio heredado de siglos, que es de todos y que a todos nos compete conservarlo y transmitirlo en las mejores condiciones. Los vecinos y los ayuntamientos de los pueblos no pueden hacerlo solos. Invertir en el mantenimiento y en conservación de este patrimonio de todos no es malgastar el dinero público, esto ya no lo puede dudar nadie, pero el esfuerzo económico que se requiere tiene que ser grande y todos sabemos que existen también otras muchas necesidades. Da lo mismo que seamos la octava potencia económica del mundo y que además nos digan que existe superávit y remanentes en las cuentas públicas. En León y más en concreto en ese olvidado sur provincial al que nos referimos los euros públicos siempre han sido muy escasos y las necesidades muy grandes, eso lo sabemos bien. Así que se impone pedir a los responsables que repartan con mejores criterios y que se prioricen las necesidades y, no le demos vueltas, hoy pocas necesidades son tan urgentes para nosotros como rescatar de la ruina un patrimonio único, por ser nuestro, y excepcional por su indiscutido mérito histórico y artístico. Si por falta de recursos o por desidia de algunos no se llega a tiempo perderemos todos mucho. Con cada palacio arruinado, con cada castillo hundido, con cada arco mudéjar perdido o con cada retablo desaparecido, perdemos de forma irreparable gran parte de nuestra cultura y de nuestra memoria colectiva y también perdemos, por qué no decirlo, nuestros mejores afectos y sentimientos más arraigados.

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