Mi calle era tranquila
Inmigrantes en las escuelas concertadas Cada día son más los hijos de inmigrantes que llaman a las puertas de estos colegios. El esfuerzo de la Administración para atender a este amplio colectivo ha sido y sigue siendo plausible, pero insuficiente, pues cada día aumenta el número de niños/as en edad escolar que llegan a nuestro país y necesitan ser escolarizados, primera medida de una sociedad avanzada. El idioma, las costumbres y la propia situación de marginalidad exigen redoblar los esfuerzos. No es cierto que el Estado haya olvidado esta realidad. El magisterio español es sensible a las realidades de la inmigración. No podemos infravalorar el papel del docente, que tiene que trabajar a veces a la intemperie. En los colegios concertados, aumenta el número de alumnos hijos de la inmigración. Hay congregaciones religiosas que han sido acusadas de elitismo y de no acoger a inmigrantes en número suficiente. No deja de ser una acusación interesada sobre base poco formal. Hay congregaciones religiosas que tienen colegios en el centro de la ciudad y otros centros educativos en las barriadas marginales. Los planes urbanísticos los han ido dejando en el centro del casco urbano, pero ellos han abierto otros colegios en la periferia para ir respondiendo a los carismas fundacionales. Por otro lado los conciertos son los que son, y no aumentan, aunque haya que aumentar la cantidad económica por cada alumno en recursos y medios didácticos. Habría que aumentar la cantidad si se quiere que aumenten los recursos. Las acusaciones fáciles no dejan de ser demagógicas cuando hay congregaciones religiosas que tienen que aportar dinero extraordinario a los colegios para poder mantener a esta nueva población escolar. El sistema de becas de antaño puede dar la sensación de limosna a lo que debe de ser justicia. Evitaremos la limosna cuando se equiparen las cantidades de los conciertos económicos y se contemplen en ellos las nuevas realidades que nacen, como es el caso, de la población escolar inmigrante. Anatolio Calle Juárez (Navatejera). ¿Qué cambió en Villaquilambre? A los pocos meses del cambio municipal en el Ayuntamiento de Villaquilambre las cosas han vuelto a las tinieblas de las que salieron hace apenas cuatro años. Los pactos miserables para arrebatar el poder a los que justamente lo obtuvieron de las urnas vuelven a colocar a un pequeño sátrapa al mando de la silla municipal y con él sus costumbres. Por su parte, los que dicen llamarse «progresistas» hacen lo suyo en su pequeña parcela, vendiendo a bombo y platillo aquellos planes que heredaron de la anterior Corporación Municipal y que no vieron la luz; -en muchos casos precisamente porque los que hoy gobiernan los retrasaron y boicotearon por todos los medios a su alcance-. A estos «progresistas», que en realidad son marionetas de nadie sabe quién, hacen alharacas de su pasado sindicalista y no les duelen prendas en despedir a las educadoras de una escuela infantil. Y qué decir del alcalde, un Don Guido muy serio que asiste con bastón de mando en ristre a las fiestas de los pueblos de su concejo y deja ostentosas dádivas de 50 euros en los cepillos de sus iglesias. ¡Menudo trueno vestido de Nazareno! En fin, éstos son los cambios, no los que quisimos los votantes de Villaquilambre que mayoritariamente votamos una opción que fue cercenada por la voracidad de unos politicastros. Faustino de Lucas Cerezal (correo electrónico). Cooperación Balcanes, agradece La ONG Cooperación Balcanes, quiere agradecer su colaboración a todos los proveedores, que de forma desinteresada, donaron productos que hicieron posible nuestra presencia en el mercado de San Froilán recientemente celebrado. Asimismo, quiere dar las gracias a los que nos visitaron en la carpa colocada en La Virgen del Camino, en la festividad de San Froilán, con el fin de conseguir fondos para la ayuda a los niños y niñas que viven cada día en un estado de necesidad en Bosnia y Herzegovina. Raquel Bodelón Macías (León). Antonio González (León).