Diario de León

LA VELETA

Dios los da y ellos se juntan

Publicado por
XOSÉ LUIS BARREIRO RIVAS
León

Creado:

Actualizado:

LA IDEA de ir a buscar jueces entre los mejores expedientes de las universidades no es nueva, ni injusta, ni contradice en absoluto el principio de mérito y capacidad por el que se seleccionan -o deberían seleccionarse- los funcionarios públicos. Aunque de forma timorata y poco arriesgada, creo que fue la reforma de Villar Palasí, cuando yo era estudiante, la que facilitó el acceso directo al cuerpo de profesores de EGB a los estudiantes que obtenían los primeros números de cada promoción. Dentro de la misma filosofía hay que entender también a los que ingresan en la carrera judicial por el cuarto turno, aunque en este caso los méritos no provengan de la academia, sino de una trayectoria profesional brillante y de virtudes probadas. La posibilidad de que por estos procedimientos se cuelen profesionales con escasas luces no es mayor -sino menor- que la que existe con el método de la oposición, ya que éste, además de no ser infalible en la detección de las mentes planas, resulta mucho más permeable a las influencias externas que los procedimientos diferidos. Y de hecho, si somos sinceros, cualquiera de nosotros puede citar a una docena de colegas de los más altos rangos de la función pública que, en vez de haber ganado sus puestos por oposición, da la sensación de que les tocaron en la lotería. Lo malo es que, siguiendo una costumbre ya inveterada, el gobierno Zapatero, por boca de su ministro de Justicia, acaba de utilizar un procedimiento infumable para proponer la reforma y hacerla pública, de tal manera que, lo que podía ser un buen método para generar buenos jueces y para saltar los hándicaps involuntarios que juegan inevitablemente en las oposiciones -tartamudos, nerviosos, y gafes en general- se ha convertido en un nuevo conejo que sale de la chistera, desprestigia la acción de gobernar y pone en contra de la propuesta a tirios y troyanos. Cl aro que, como las desgracias nunca vienen solas, la jugada de don Mariano, el ministro, que es fiscal por oposición, fue contrarrestada con otro impresentable caneo del inefable Zaplana que, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, se niega a consensuar la renovación del Consejo General del Poder Judicial y a poner fin a un bochornoso espectáculo de obstrucción prevaricadora y continuada que nos ofrecen el PP y el PSOE. El pueblo dice que «Dios los da y ellos se juntan». Y por eso me temo que aún nos queda mucho tiempo antes de que seamos capaces de construir una clase política menos frívola y más responsable que, en vez de crearnos más problemas, nos solucione algunos. Porque los políticos no llueven del cielo. Y en la definición de su casta tene mos mucho que ver los ciudadanos.

tracking