Realidad y banalidades
Con la Iglesia hemos topado No sé muy bien cómo enfocar este artículo: si desde un cierto respeto a una institución, o desde una crítica abierta a una norma que en cuanto más se analiza, más ilógica e injusta resulta. Siempre he pensado que la religión debe ser algo vivido y sentido; que debe ir más allá de ciertos protocolos. Pero lo incomprensible surge cuando ante esta norma acordada e impuesta, te obligan a manifestar y ejercer tu culto y vivencia religiosa, en un determinado lugar, al que de ningún modo te sientes vinculado. Te vinculan ellos por el hecho de entrar en una demarcación eclesial. Probablemente más de uno ya sabrá de qué estamos hablando: somos padres de niños que han de iniciar su preparación para la Primera Comunión, y que nos hemos encontrado con la obligación de que nuestros hijos han de realizar esta etapa, en el lugar al que pertenecen bajo raya de mapa, sin ninguna libertad de elección. Claro está que esta norma no ha satisfecho a casi nadie; unos porque aunque su objetivo sea pasar el trámite en 24 horas, les gustará hacerlo donde ellos decidan; y a los que viven su fe de forma más continuada, porque desearían poder seguir manifestándola donde lo han hecho siempre. Y como dice el refrán, hecha la ley hecha la trampa; y por ambos lados; así tenemos justificaciones de vínculos religiosos que son aceptadas, como excepciones, en unos casos sí y en otros no; o bien se buscan situaciones geográficas adecuadas que no lleven al rechazo; o yendo más allá, en determinados lugares (llámese colegios), la bula permite que ni siquiera sean necesarias las justificaciones, con lo que fuera los enfrentamientos. Así que en esta situación, creo que todos vamos a salir perdiendo; porque incluso puestos a ser muy analíticos y benévolos, puede hasta entenderse el fin con el que se ha hecho la norma, pero señores, no se engañen: el niño que no ha estado vinculado, no lo va a estar ni en la parroquia que le impongan ahora, ni en ninguna otra. Y el que sí lo ha estado, probablemente seguirá relacionado en el mismo ambiente que ha tenido. Una cosa tan nimia y tan simple como esa, no puede estar ocasionando tantos enfrentamientos, porque a nivel religioso, esto no favorece a nadie. Reflexionen. Maribel Turiel Zurro (Trobajo del Camino).