EL RINCÓN
Una de dos
UN MARIDO nunca debe decirle a su mujer que no es digno de ella: es preferible que lo vaya comprobando por sus propios medios. Del mismo modo, un gobernante jamás debe anunciarle a los ciudadanos que las cosas van a ir a peor, ya que ellos se verán obligados a constatar los hechos. Al vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, que es una de las figuras más respetadas del equipo, que por cierto es de segunda división, le ha costado mucho trabajo reconocer la situación actual. Sólo hay una cosa más desagradable que dar malas noticias: que nos las den. Solbes ha tenido que confesar, hábilmente interrogado por la realidad, que «España puede crecer menos». En cambio no ha dicho eso de «esta boca es mía», ante las acusaciones de tomar medidas, pero eso quizá se deba a que la boca no es suya. El que nos anunció que íbamos a menos fue Rato, pero siempre es más fácil vaticinar zodiacos funestos. Esa es la ventaja de los pesimistas: rara vez resultan decepcionados. Una de dos, ¿seguíamos creciendo razonablemente o empezábamos a retroceder sin prisa, pero sin pausa? Hay algunos datos mortales de necesidad. Los precios de los pisos se han parado, pero es para tomar carrerilla. Los promotores dicen que si no les dan suelo, esos precios se dispararán en el futuro y ya se sabe lo que ocurre cuando esto sucede: los muertos son siempre los mismos. Los que saben aseguran que vendrá un nuevo boom de precios en tres años. Un 'lobby' feroz. Eso dejando aparte el conflicto social que puede provocar la pérdida de empleos en el sector. ¿No pasa nada o están pasando cosas graves? Una de dos, pero no lo sabremos hasta que pasen algunos meses, porque los políticos no dicen la verdad ni a la de tres.