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Ponferrada

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LA SEMANA de El Rosal, el primer macrocentro comercial de Ponferrada, y del quincuagésimo aniversario de Roldán, la mayor factoría metalúrgica del Bierzo, ha sido finalmente la semana del embarazo de una niña de 11 años. Lo excepcional, por no decir lo morboso, es lo primero que lee y escucha la gente, por mucho que nos pese, y todavía más si además encuentra que el suceso sale por la tele. En un momento en el que la información se está convirtiendo cada vez más en una mercancía, se ejerce el periodismo en condiciones precarias y faltan escrúpulos para manejar un suceso tan delicado, tengo que decir que la Fiscalía ha hecho bien en recordar que la protagonista de todo el asunto es una menor de edad y que su derecho a la intimidad, a no ver su condición de víctima agravada por la atención de los medios, está por encima de cualquier otra consideración. Recordemos esta semana por la apertura de El Rosal, que no deja de ser otro suceso excepcional para Ponferrada y que ha fascinado a la mayoría de sus vecinos a la vez que dejaba tiritando a los comercios del centro, donde algunos establecimientos de moda no han vendido ninguna prenda desde que el complejo abrió sus puertas el pasado martes. Es indudable que el centro, que mezcla consumo y ocio, mejora la oferta comercial y los servicios de la ciudad y atrae a nuevos clientes en un radio de cien kilómetros. En la edad de las prisas, facilita las compras, concentra los productos, ahorra tiempo, y eso es muy de agradecer. Pero también es verdad que vienen vacas flacas para los comerciantes y los hosteleros del centro urbano, que al fin y al cabo son los que dan vida a una ciudad, con sus bares y sus escaparates iluminados. La asociación La Cebra, que agrupa a la mayoría de ellos, y el propio Ayuntamiento, tendrá que hacer un esfuerzo para que la ciudad no pierda demasiado y adquiera el aire triste de los negocios cerrados. También ha sido la semana de Roldán, y ésta es una noticia que no tiene ninguna arista negativa. Cincuenta años fabricando acero inoxidable en el Bierzo es para celebrarlo, porque la factoría da empleo directo a medio millar de personas y es uno de los motores económicos de la comarca. La familia Muñoz, que fundó la fábrica allá por 1957, podía haberse lavado las manos hace unos años, cuando la factoría atravesó su momento más delicado, pero apostó por no deslocalizar la producción, como está sucediendo en tantos otros lugares, y buscar la competitividad mejorando los procesos productivos. Hoy Roldán puede celebrarlo. El alcalde de Ponferrada les daba el pasado viernes las gracias a los empresarios catalanes de Roldán, integrada en Acerinox, y en verdad que empieza a ser excepcional que un industrial no levante las máquinas y se vaya con la inversión a otra parte cuando es la tendencia dominante en el mercado, (otra vez el mercado). Por lo demás, merece al menos unas líneas recordar el paripé en el que se convirtió la elección del presidente de la Mancomunidad de Ponferrada. Raúl Valcarce, del Partido Popular, reconoció que llegaba al cargo por «un pacto poco habitual», después de que la candidata socialista sólo recibiera cuatro de los siete votos de su grupo. Pero de esto, el PSOE no dice nada.